Con la voladura de la tercera caldera, la central térmica de Andorra está desmantelada al 94%
Endesa ha llevado a cabo la voladura de la tercera caldera de la central térmica de Andorra, última de las estructuras esbeltas de la planta y un paso más en el proceso de cierre y desmantelamiento de las centrales de carbón que la compañía está llevando a cabo y que completará en la península en el año 2027.
«La demolición de las tres calderas de la central, junto con la voladura de las tres torres de refrigeración y de la chimenea de 343 metros de altura, ha supuesto un hito, no solo por el simbolismo de las estructuras sino también desde un punto de vista técnico», explican desde la energética. «Para la realización de estas actuaciones ha sido necesario diseñar exhaustivos procedimientos con el objetivo de garantizar unas condiciones absolutas de seguridad y efectivas de demolición», añaden.
10.000 toneladas de residuos metálicos
Para la demolición se han utilizado 340 detonadores y 620 Kg de explosivo y se ha fijado un radio de seguridad de 400 metros. Una vez que la caldera está en el suelo se realizan los trabajos de corte y preparación para el transporte con máquinas pesadas, lo que evita tener que hacer trabajos con operarios en altura y se maximiza la seguridad del proceso.La voladura de cada una de las calderas ha producido alrededor de 10.000 toneladas de residuos metálicos que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental. Estos residuos serán valorizados para su posterior uso. Cada una de las calderas de la central tenía 70 m de altura y 780 metros cuadrados de superficie en planta.
La central térmica de Andorra
La central térmica Teruel situada en Andorra, constaba de tres grupos, con una potencia total de 1.100 MW. Cada grupo disponía de caldera, turboalternador y torre de refrigeración. Completaban la instalación el parque de carbones y caliza, el sistema de evacuación de cenizas y escorias, la planta de desulfuración y la chimenea de 343 m de altura para la evacuación de los gases de combustión.Fue construida con objeto de llevar a cabo un uso extensivo de los lignitos negros procedentes de explotaciones situadas en la cuenca minera turolense, mezclados con carbones de importación. El lignito se transportaba hasta el parque de carbones de la central y los carbones importados se transportaban por barco hasta el puerto de Tarragona y, desde allí, por ferrocarril hasta la planta. Durante sus cuatro décadas de actividad produjo 224.000 GWh, equivalentes al consumo de electricidad peninsular durante un año. Para ello necesitó 142 millones de toneladas de carbón, de las que 110,9 millones de toneladas fueron de carbón nacional y 31,7 millones de toneladas de carbón importado.
Una vez finalice el proceso de desmantelamiento, pasará de producir energía con carbón, a generar energía limpia con una potencia instalada de 1.843,6 MW gracias a 7 proyectos renovables hibridados, 2 proyectos de almacenamiento con baterías, un proyecto de hidrógeno verde y un compensador síncrono.
Este desarrollo renovable va acompañado de un plan socioeconómico para la zona que tiene como objetivo generar empleo y valor en el entorno de la que fuera una de las centrales térmicas más grande de España.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.