Un equipo español de investigadores ha creado un innovador diseño de almacenamiento en materiales de cambio de fase (MCF), que podría lograr una eficiencia de un 74% en la capacidad térmica, con un 32% menos de sal que un sistema tradicional. Este nuevo sistema de almacenamiento encapsulado surgió tras crear una herramienta de modelización para las plantas termosolares.
El sistema de materiales de cambio de fase sólidos y de varias capas (MLSPCM, por sus siglas en inglés) cuenta con una capacidad térmica teórica, medida como energía suministrada sobre energía almacenada, de más de un 74% y requiere solo un 32% de las sales fundidas necesarias para los sistemas tradicionales de dos depósitos.
El MLSPCM
El sistema de materiales de cambio de fase sólidos y de varias capas combina dos metodologías de almacenamiento que se están investigando por su posible potencial para reducir los costes en la termosolar. Una, los materiales de cambio de fase encapsulados, implica el uso del cambio de fase para mejorar el rendimiento de los procesos de almacenamiento, lo que reduce el volumen del depósito necesario.
La otra, un sistema termoclino, también trata de reducir los costes del almacenamiento tradicional en dos depósitos al usar materiales de relleno económicos, como granito o cuarcitas, para separar los fluidos de transferencia térmica calientes y fríos en un único depósito.
En el MLSPCM, entre dos capas finas del material de cambio de fase hay una capa termoclina formada por materiales de relleno. La termoclina está diseñada de tal manera que mantiene la capa superior del material dentro de un margen de temperatura óptimo para la descarga, unos 550 ºC.
Por su parte, la capa inferior se mantiene dentro de su margen de carga óptima, que puede situarse en torno a los 300 ºC. Esto mejora la eficiencia de los materiales de cambio de fase mientras que reduce en gran medida el volumen total necesario de estos.
Los investigadores indican que este concepto reduce la degradación de la termoclina, mejora la capacidad de acumulación del sistema y permite ciclos de descarga de mayor duración y temperaturas de descarga más estables, todo por un precio no muy superior al de las termoclinas tradicionales.
Por su parte, el MLSPCM lo describió por primera vez un equipo del Centro Tecnológico de Transferencia de Calor de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), en SolarPACES 2013, pero los resultados de rendimiento no se revelaron hasta un año después.
Capas del material de cambio de fase
«El aspecto clave de este nuevo concepto es la inclusión de capas de materiales de cambio de fase en los dos extremos del depósito, cuyas temperaturas de fusión se modifican convenientemente para que se encuentren dentro de los márgenes de temperaturas ‘admisibles’ para la salida de los procesos de carga y descarga», indica el equipo en un informe.
Se desveló como parte del trabajo de modelización realizado con una herramienta que se llama LTES (de Latent Thermal Energy Storage, almacenamiento de energía térmica latente), desarrollada para la presentación comercial en 2015 por TermoFluids, un subgrupo de la UPC.
Se crearon LTES y STES (de Sensible Thermal Energy Storage, almacenamiento de energía térmica estacional), una herramienta de modelización independiente para sistemas de dos depósitos, como paquetes de trabajo dentro de Tesconsol, un consorcio de proyectos entre la UPC, el Instituto Real de Tecnología KTH en Suecia, Total, Gas Natural Fenosa y Tecnalia.
Las dos herramientas permiten a los desarrolladores de sistemas ajustar el rendimiento de diferentes tipos de almacenamiento de energía térmica dentro de un entorno virtual que imita casi a la perfección a la vida real.
Seguridad y fiabilidad
En algunos casos, se pueden utilizar también para ayudar a mejorar la seguridad y la fiabilidad. Por ejemplo, en un informe independiente de SolarPACES 2014, el equipo empleó el LTES para ayudar a superar un problema en el depósito termoclino tradicional denominado «expansión térmica progresiva».
Esta es la tendencia de los materiales de relleno para que queden compactos en la parte inferior de un depósito tras repetir los ciclos de calentamiento y enfriamiento.
Puede ejercer una gran presión en las paredes del depósito pero con el LTES, el equipo de la UPC podía predecir las tensiones máximas que podían esperarse con base en una simulación de un sistema de almacenamiento termoclino adjunto a la planta Solar One de Acciona, en Boulder (Nevada).
Fuente: CSP Today – Por Jason Deign – Traduccción de Alexandra Aretio
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.