En nuestro artículo del Club de Expertos de hoy, José María González Moya, Director General de APPA Renovables, califica a 2021 como un buen año para las energías renovables. Sin embargo, el sector también ha tenido que enfrentarse a algunos desafíos.
El año 2021 fue bueno para las energías renovables. El haber pasado de un récord del 44% en 2020 a un nuevo récord en 2021 del 46,6% de electricidad renovable en nuestro país no puede clasificarse de otra forma. Sin embargo, el sector se ha enfrentado el pasado año a barreras que es importante enfrentar si, de verdad, deseamos alcanzar los objetivos marcados para 2030 y beneficiarnos de todas las bondades, económicas y sociales, que nos traen las energías renovables.
Barreras para las renovables en 2021
Las barreras que se han alzado en 2021 ante el desarrollo renovable son, básicamente, tres: una campaña interesada en su contra, contestación social y la amenaza de cambios regulatorios.
Para aquellos que llevamos muchos años en el sector, las campañas en contra de las renovables no son nuevas. Hemos sufrido mentiras interesadas como aquel “las fotovoltaicas producen de noche con grupos electrógenos de gasoil”, que a pesar de haber sido desmentida en numerosas ocasiones (como si hiciera falta hacerlo, viendo a cuánto sale el litro de gasoil), sigue reviviendo cada cierto tiempo. También medias verdades como el “las renovables son intermitentes y no están cuando se las necesita”, lo cual, siendo una perogrullada, debe confrontarse con ese 46,6% de electricidad generada. Durante 2021 hemos tenido que desmentir, un día sí y otro también, que los altos precios experimentados fueran causados por las renovables, tanto durante el temporal Filomena como en los últimos meses. Por supuesto, ninguno de los “acusadores” se retracta de sus palabras cuando se les muestran los porcentajes de electricidad renovable o se comparan los precios eléctricos de España y de Francia, una vez lanzada su diatriba se olvidan del tema y pasan al siguiente… Desde el sector seguimos, como hace ya 35 años, defendiendo las bondades de las renovables y usando números y datos para contrarrestar estas informaciones tan interesadas.
«Renovables sí, pero no así»
Por su parte, la contestación social, un fenómeno que hemos visto en diversas zonas de nuestra geografía, es la constatación de que algo hemos hecho mal en el sector. Si en los pueblos de nuestro país, que son las regiones que más se benefician del cambio de modelo energético, oímos voces discordantes, es porque no hemos sabido trasladar correctamente todos los beneficios que nos traen estas energías y no hemos explicado que su contraparte, los combustibles fósiles y la generación nuclear, tienen unos impactos medioambientales mucho mayores. Cuando escuchamos el eslogan “Renovables sí, pero no así”, inmediatamente pensamos en cuál es la propuesta, en positivo, de estos colectivos. Decir qué es lo que no queremos es sencillo, si existe otra alternativa al actual desarrollo renovable que nos lleve a alcanzar los objetivos globales marcados para 2030 estaremos encantados de escucharla. A día de hoy, el 70% de nuestra energía primaria está basado en combustibles fósiles que deben ser importados y que son responsables en gran medida de las más de 300.000 muertes prematuras anuales que se producen en la Unión Europea por la contaminación ambiental. Pensar que vamos a sustituir ese sistema energético que lastra nuestra economía por las importaciones, provoca graves perjuicios de salud y es culpable del Cambio Climático por un sistema renovable sin contar con grandes instalaciones eólicas y solares no es realista. Por supuesto, estamos abiertos a la discusión y a la colaboración con todos los actores, pero desde la crítica constructiva y la búsqueda de soluciones que no obvien los numerosos estudios y trámites medioambientales que absolutamente toda instalación debe cumplir.
Hay tecnologías renovables para elegir. Venir a preguntar o plantear si el gas o la nuclear son sostenibles podría parecer una broma de mal gusto. No es una broma, es una barrera más.
Amenaza de cambios regulatorios
Por último, dentro de las barreras estaría la amenaza de cambios regulatorios. El actual Gobierno es, muy posiblemente, el más comprometido con la Transición Energética que hayamos tenido en nuestra historia. El trabajo que está desarrollando en la elaboración de Planes Estratégicos, Hojas de Ruta y regulación específica, es digno de admiración y reconocimiento. Sin embargo, algunas declaraciones respecto a los ingresos del sector han hecho saltar las alarmas. Es cierto que, en el actual entorno de precios altos, muchas instalaciones están percibiendo ingresos mayores de los esperados. Pero también es cierto que esas mismas instalaciones percibieron en 2020 precios récord, por lo bajos que fueron, y que muchas de las compañías tienen vendida su electricidad a plazo, con lo que no se benefician de los actuales precios. En un sector cuyo beneficio solo se entiende en el plazo de décadas, que tiene un alto grado de apalancamiento y donde cualquier pequeño cambio modifica todo el esquema económico, las dudas sobre el modelo tienen una repercusión muy alta. Salvo sorpresa, la potencia instalada en 2021 habrá estado por debajo de la cifra de 5.500 MW necesarios para alcanzar las metas en 2030.
Como vemos, este año hemos visto alzarse barreras que deberemos vencer si queremos cambiar nuestro modelo energético. Barreras que vienen a sumarse a la falta de planificación ambiciosa donde las renovables son aún más débiles, en el sector transporte y en los usos térmicos. Cuando pensamos en renovables nos vienen a la mente eólica o fotovoltaica y debemos pensar también en los biocarburantes que consumimos en nuestros motores o en calderas – tanto individuales como de calor de distrito – de biomasa. La electricidad únicamente supone el 25% de nuestra energía final, debemos trabajar en el gran 75%.
Si queremos disfrutar de todas las ventajas de las energías limpias, son muchas las barreras a derribar. Y, por si fueran pocas, la Comisión Europea introduce con su taxonomía una discusión que nadie esperaba. Biocarburantes, biomasa, eólica, fotovoltaica, geotermia, hidráulica, marina, solar térmica, solar termoeléctrica… De verdad, hay tecnologías renovables para elegir. Venir a preguntar o plantear si el gas o la nuclear son sostenibles podría parecer una broma de mal gusto. No es una broma, es una barrera más.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.