Según el informe «Electricity Market Report» de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), la demanda mundial de electricidad creció un 6% en 2021, tras una caída marcada por el inicio de la pandemia en 2020. Se trata del mayor aumento anual (más de 1.500 TWh) y del mayor crecimiento porcentual desde 2010.
Alrededor de la mitad del crecimiento mundial tuvo lugar en China, donde la demanda aumentó aproximadamente un 10%. La demanda mundial de electricidad se vio impulsada por una rápida recuperación económica, combinado con condiciones climáticas más extremas que en 2020, incluyendo un invierno más frío que el promedio. Por sectores, el industrial fue el que más contribuyó al crecimiento, seguido del sector servicios y el residencial.
Energías que han cubierto la demanda mundial de electricidad
Recientemente, hablábamos del peso del carbón en la generación de electricidad en los dos últimos años. Así, la IEA ha confirmado que, en 2021, el carbón cubrió más de la mitad de la demanda mundial de electricidad.
La generación de electricidad a carbón alcanzó un pico histórico, creciendo en un 9%, el porcentaje más alto desde 2011, impulsado por la excepcional demanda y la competitividad de costes del carbón en algunos mercados en comparación con el gas.
Por su parte, las renovables crecieron con fuerza un 6%, a pesar de que el aumento se vio limitado por condiciones meteorológicas desfavorables (en particular para la energía hidroeléctrica).
La generación con gas creció un 2%, mientras que la nuclear aumentó un 3,5%, casi alcanzando sus niveles de 2019. En total, las emisiones de CO2 de la electricidad subieron cerca de un 7%, alcanzando máximos históricos.
La mayor demanda de combustibles fósiles y las limitaciones de suministro que se dieron en muchas partes del mundo provocaron escasez y altos precios de la energía. Debido a los precios particularmente altos del gas en Europa y su participación del 20% en el mix de generación, los precios mayoristas medios de la electricidad en el cuarto trimestre de 2021 fueron más de cuatro veces más altos que su promedio entre 2015 y 2020.
Las buenas noticias podrían llegar con el estancamiento de la generación de combustibles fósiles en los próximos tres años, motivado por las adiciones significativas de capacidad de energía renovable y la desaceleración del crecimiento de la demanda eléctrica.
Previsiones de la Agencia Internacional de Energía
La IEA espera que, de aquí a 2024, las renovables crezcan rápidamente hasta casi igualar el aumento de la demanda. Las previsiones de la agencia contemplan un promedio de crecimiento anual de la demanda de electricidad del 2,7%, pero la pandemia y los altos precios de la energía arrojan incertidumbre sobre ello.
En este periodo, el crecimiento récord de las energías renovables (hasta un 8 % anual en promedio) está previsto para atender más del 90% del crecimiento de la demanda neta durante este período.
Por su parte, la agencia prevé que la nuclear crezca un 1% anual hasta 2024, llegando a satisfacer el 4% de la demanda mundial de electricidad.
Las buenas noticias podrían llegar con el estancamiento de la generación de combustibles fósiles en los próximos tres años, motivado por las adiciones significativas de capacidad de energía renovable y la desaceleración del crecimiento de la demanda eléctrica. Del mismo modo, la agencia cree que la generación con carbón irá cayendo de forma progresiva, a medida que se vaya eliminando y disminuyendo competitividad frente al gas natural en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, esta situación se compensará como consecuencia de su mayor uso en India y China.
Conclusiones
La IEA ultima su informe señalando que la configuración de las políticas actuales es insuficiente para reducir las emisiones. En su pronóstico, las emisiones del sector eléctrico se mantienen más o menos nivel de 2021 a 2024, mientras que deben comenzar a disminuir drásticamente para cumplir con el Escenario de Cero Emisiones Netas para 2050 de la AIE.
Fatih Birol, Director Ejecutivo de IEA, señala: «Las emisiones de la electricidad deben disminuir en un 55% para 2030 para cumplir con nuestro escenario de cero emisiones netas para 2050, pero en ausencia de una acción política contundente por parte de los gobiernos, esas emisiones se mantendrán alrededor del mismo nivel durante los próximos tres años».
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.