«El objetivo de nuestra investigación es formar en la superficie de contacto, entre una capa de agua y una capa de petróleo, una zona transitoria con una baja tensión superficial que no sea microemulsión, sino que tenga una baja sensibilidad a la temperatura y la dureza de depósitos. Para esto elegimos la suspensión de agua a partir de nanopartículas de grafeno». Así resume y explica Yuri Pajarúkov, empleado del Departamento de Física Aplicada y Técnica de la Universidad Estatal de Tiumén, la investigación que están llevando a cabo.
Su objetivo nos es otro que sacar petróleo de donde, aparantemente, ya no queda.
Con la mayoría de los yacimientos de petróleo al borde del agotamiento, además de un mayor uso de las energías renovables, se vuelve imprescindible encontrar un sistema que permita aprovechar al máximo los recursos de las instalaciones petrolíferas.
Para extraer todo el petróleo posible, los métodos físicos y químicos se combinan con la inundación con microemulsión, que permite desplazar de la manera más eficaz el petróleo debido a su peso y viscosidad.
La microemulsión es más pesada que el petróleo, no se mezcla con este y, al inundarse, lo desplaza a la superficie, pero es sensible a las condiciones reales agresivas (la temperatura y la dureza de depósitos) y pierde sus propiedades de laboratorio ideales.
Solventar este inconveniente es el objetivo de la investigación del grupo de científicos ruso. Según Pajarúkov, una baja tensión superficial en la superficie de contacto entre una capa de agua y una capa de petróleo se debe a la formación de un obstáculo de capas de macromoléculas de cristales líquidos que puede crear nanopartículas de grafito.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.