Parece una incoherencia, pero un grupo de investigadores del MIT ha descubierto que las producción de las células fotovoltaicas disminuye a medida que aumenta la temperatura: pierden un 0,45% de eficiencia por cada grado extra.
Todos los pronósticos apuntan que la luz del sol será uno de los grandes productores de energía en los próximos años. A ello contribuyen medidas que busca eliminar sus principales inconvenientes, como la falta de constancia. Un grupo de investigadores ha publicado una investigación centrada en esto: en conseguir energía solar incluso en días nublados o de lluvia, creando combustibles fósiles limpios a partir de los rayos de luz.
Lo que hasta ahora no sabíamos es que la energía solar tiene en el calentamiento global otro de sus grandes enemigos, por incoherente que parezca.
Dos investigadores del MIT (EE. UU), Ian Peters y Tonio Buonassisi, acaban de demostrar que hay otro factor a tener en cuenta: la temperatura. Y es que según su último trabajo, la producción de las células fotovoltaicas disminuye a medida que se calientan.
De acuerdo con la investigación de Peters y Buonassisi, las células fotovoltaicas crean corriente cuando la luz solar transfiere energía a los electrones que contienen. Este proceso también crea «agujeros» cargados positivamente en la estructura que fluyen en la dirección opuesta a los electrones.
Un factor importante en la eficiencia de las células fotovoltaicas es la velocidad a la que los electrones se recombinan con los agujeros, un proceso que los saca de la banda de conducción y reduce la producción. El problema es que esta tasa es muy sensible a la temperatura: cuanto más caliente está, mayor es la tasa de recombinación.
Para sus cálculos, Peters y Buonassisi han usado el Escenario RCP 4.5, que supone que las emisiones alcanzan su punto máximo en 2040 y aumentarán la temperatura media global 1,8 °C para 2100.
«A medida que las temperaturas aumentan en casi todas partes de la masa terrestre de nuestro planeta, la producción de energía se reduce», sostienen los investigadores. Pero algunas zonas sufrirán más que otras. «Las áreas especialmente afectadas incluyen el sur de Estados Unidos, el sur de África y Asia central«, añade la investigación.
Los investigadores aseguran que hay más factores que influirán en la potencia de las células fotovoltaicas: la cantidad de luz solar incidente dependerá de la capa de nubes y del contenido de agua atmosférica (es decir, de la humedad), están entre ellos.
También matizan que la cifra de -0,45% es orientativa ya que en el futuro pueden aparecer nuevos materiales que evitan que el aumento de temperatura afecte a la eficiencia de los paneles solares.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.
Esto no era nuevo, hasta los mismos fabricantes saben de esta problemática que pueden dañar hasta los recubrimientos EVA. Sin embargo es interesante como hacen la perspectiva a futuro de que tanto sería la perdida de eficiencia de un sistema de paneles en diferentes partes del mundo a lo cual, es lo que nunca tienen en cuenta los fabricantes. Link del artículo: https://arxiv.org/ftp/arxiv/papers/1908/1908.00622.pdf