El pasado sábado todas las portadas del mundo mostraban titulares similares: dos de las principales instalaciones petroleras de Arabia Saudí habían sido atacadas con drones como parte de la escalada de tensión que vive la región desde hace cuatro meses.
Las autoridades saudíes han confirmado que como consecuencia de los ataques registrados la madrugada del sábado en Abqaiq y Khurais, dos de las más importantes instalaciones petroleras del mundo, Aramco ha visto reducida su producción de crudo en un 50% (unos 5,7 millones de barriles).
Las dos instalaciones son propiedad del gigante estatal Aramco, principal productor y exportador de petróleo a nivel mundial, por lo que la merma de la capacidad productiva ha provocado un cambio en las reglas del juego del mercado petrolífero.
Según un comunicado del Ministerio de Exteriores saudí difundido en su cuenta de Twitter, el príncipe heredero Mohamed bin Salman ha trasladado al presidente de EEUU, Donald Trump, que cuentan con «la voluntad y la capacidad para afrontar y tratar esta agresión terrorista».
Donald Trump, por su parte, además de alimentar la polémica sobre la autoría de los hechos (reivindicada por el grupo rebelde chií de los hutíes) se ha mostrado dispuesto a colaborar «con todo aquello que ayude a la seguridad y la estabilidad».
Ataques al ‘corazón’ petrolífero del mundo
Los ataques han sido dirigidos a la mayor planta de procesamiento de petróleo del mundo, ubicada en Abqaiq, a unos 60 kilómetros de Dharan, en la provincia oriental de Arabia Saudí. Esta planta tiene capacidad para procesar hasta siete millones de barriles diarios.
El segundo ataque ha sido contra Khurais, un campo petrolero situado a 250 kilómetros al suroeste de Dhahran y 150 kilómetros del noreste de Riad. En este recinto se produce alrededor de un millón de barriles de crudo al día. Tiene unas reservas cercanas a los 20.000 millones de barriles.
EE.UU gana posiciones como productor de petróleo
Datos recopilados por el diario El Mundo muestran situaban a Estados Unidos como el mayor productor de oro negro del mundo, con 12,3 millones de barriles diarios, tras duplicar su producción en diez años, ahora pueden presumir de ser también el mayor exportador de petróleo del planeta.
“El auge de la producción de esquisto ha permitido que EE.UU se acerque y supere brevemente a Arabia Saudí como el principal exportador mundial de petróleo en bruto, después de que las exportaciones de crudo aumentaron más de tres millones de barriles por día”, dijo el pasado mes de junio la Agencia Internacional de la Energía (IEA).
Durante el verano, como consecuencia del paso de los huracanes, la producción petrolera en América se redujo y permitió a Arabia Saudí recuperar un liderazgo que nuevamente se tambalea como consecuencia de los ataques terroristas.
La explicación para la escalada de EE.UU es sencilla y se resume en una palabra: fracking , la técnica de extracción petrolera en base a perforación de las rocas. Inicialmente requería inversiones costosas, pero el período de precios elevados del barril en los años anteriores pudo sostener el desarrollo de esta tecnología.
Arabia Saudí garantiza el abastecimiento
A pesar de la gravedad de los ataques, Aramco asegura que tiene almacenados 200 millones de barriles de crudo.
Se trata de cantidad suficiente para cubrir durante 40 días la capacidad de producción perdida por el ataque, informaron fuentes de Saudi Aramco a CNN.
El crudo almacenado se encuentra en Japón, China y Ámsterdam, donde la petrolera cuenta con instalaciones. Los ataques provocaron una pérdida de producción de casi seis millones de barriles diarios.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.