la Federación de la Industria Eléctrica Europea, ha celebrado su Cumbre de la Energía en Grecia. Durante la misma, se han expuesto las cinco prioridades clave para la transición energética europea: implementación, inversiones, infraestructura, innovación y competitividad industrial.
Los nuevos dirigentes de la UE, tras las pasadas elecciones, se enfrentan a diferentes desafíos claves para alcanzar la neutralidad. Entre ellos: crisis del coste de vida, competencia extranjera agresiva en tecnologías de energía limpia, desindustrialización y seguridad energética.
Las medidas tomadas por la UE han sido positivas en los últimos años, explicaba Kadri Simson, comisaria europea de Energía. Dijo durante la cumbre que la transición se ha ido acelerando. Así, afirmaba:
“Los almacenes de gas ya están llenos en más del 60%, lo que supone un 24% más que el promedio histórico anterior. La cantidad de gas se ha reducido en un 19% durante el último año y medio, ahorrando alrededor de 124 mil millones de metros cúbicos de gas. Las importaciones de energía rusa y gas por gasoducto se han desplomado al 15% en 2023, en comparación con el 45% en 2021”.
Evolución en Grecia
Los esfuerzos de la UE han permitido aumentos récord en la capacidad de energía renovable y avances significativos en electrificación del transporte y los edificios. Sin embargo, es evidente la necesidad de una mayor uniformidad y unidad entre todos los Estados miembros para cumplir los objetivos fijados por la UE. Durante la cumbre, se felicitó a Grecia, país anfitrión, por sus avances en transición verde y en la mejora del sector energético del país.
Georgios Stassis, director ejecutivo de PPC, explicaba al respecto que en Grecia:
«La capacidad solar y eólica se ha duplicado, más del 60% de la energía hidroeléctrica se genera mediante tecnologías verdes y las emisiones de Co2 también se han reducido en un 60%».
Después, Stassis enfatizó la necesidad de que Europa trabaje junta para lograr la transición y replicar resultados similares en todo el continente:
«Unidad es la palabra mágica. Cuando trabajamos juntos, logramos resultados notables»
Cuestión de prioridades para la Comisión
Los pasados cinco años han enseñado a la Unión Europea cuáles han de ser las prioridades para la próxima Comisión. Así, explicaron que la transición energética europea necesita: implementación, inversiones, infraestructura, innovación y competitividad industrial. Son prioridades clave para conseguir los objetivos climáticos y mantener una base industrial próspera en Europa. En palabras de Kadri Simson:
“De cara al futuro, debemos seguir fomentando la competitividad industrial y el sector manufacturero de tecnologías limpias de Europa. Al mismo tiempo, debemos consolidar las fortalezas de nuestra unión energética para asegurarnos de que cumpla nuestros objetivos climáticos y energéticos para 2030 y podamos prepararnos para 2040 y más allá”.
Las cinco prioridades de las que se habló en la cumbre fueron:
Competitividad industrial
Krisitan Ruby
, secretario general de Eurelectric, comentaba:
«El impuesto del 100% a la importación de coches eléctricos chinos impuesto por Joe Biden y el nuevo orden mundial propuesto por Putin y Xi Jinping han colocado a Europa en una posición precaria».
Destacó la importancia de mantener el impulso en la carrera por la energía verde tanto para la seguridad energética como para la estabilidad económica.
Dimitri Papalexopoulos, presidente de Titan Cement, reflejó claramente esta urgencia y pidió un enfoque equilibrado de los objetivos climáticos, la suficiencia energética y la competitividad:
«Necesitamos una estrategia, un sentido de urgencia y un propósito”.
Innovación
Una mayor competitividad exige una mayor digitalización, especialmente en el sector energético. La carrera por el dominio de las tecnologías limpias se ha vuelto especialmente feroz y Europa va retrasada en el ámbito digital. Según Papalexopoulos:
«Europa ha estado perdiendo terreno frente a Asia y Estados Unidos durante las últimas dos décadas, y esta tendencia se ha acelerado últimamente».
Y añadía:
“En el mundo de la tecnología hemos perdido la carrera, especialmente en el caso de la IA».
Para estimular la innovación y la competitividad, es crucial una estrategia de crecimiento impulsada por mecanismos de inversión con visión de futuro y herramientas para reducir riesgos.
Inversión
Las necesidades de inversión de nuestra transición energética son enormes. En un futuro inmediato y próximo, Europa necesitará aumentar significativamente las inversiones en defensa, transición verde y digitalización. Pero los números no cuadran.
Con necesidades de inversión anuales cercanas al 4% del PIB de la UE, o 660 mil millones de euros al año, los países de la UE se enfrentan a una pregunta fundamental: ¿Dónde encontraremos el dinero para financiar la transición energética?
Se requieren soluciones más allá de las basadas en enfoques convencionales. Y la dirección regulatoria de la UE resulta crucial para atraer las inversiones necesarias. Es particularmente evidente en el sector energético, donde las señales de inversión a largo plazo son fundamentales para que las empresas de servicios públicos justifiquen inversiones de una década e incentiven el establecimiento de nuevas líneas de producción en cadenas de suministro críticas. Se prestó especial atención a las necesidades de inversión de la red de distribución de energía, el gigante frecuentemente olvidado de la transición energética.
Infraestructura
La infraestructura se estableció como una de las prioridades, pero también fue un tema clave de la cumbre. El último estudio Grids for Speed de Eurelectric mostró que Europa debería invertir alrededor de 67 mil millones de euros en nuestra red de distribución de energía cada año entre 2025 y 2050. Es decir, el doble de lo que invertimos actualmente.
Poniendo las cifras en perspectiva, esta inversión sólo corresponde al 20% de lo que la UE gastó en importaciones de combustibles fósiles en 2023.
No invertir en infraestructuras pondría en peligro el 74% de las posibles conexiones en tecnologías clave de descarbonización. Entre ellas: los vehículos eléctricos (EV), las bombas de calor y las energías renovables. Por el contrario, invertir acelerará la electrificación. Además, ayudará a la UE a ahorrar 309 mil millones de euros cada año en importaciones de combustibles fósiles entre 2040 y 2050.
Implementación
Consideraron también fundamental la implementación del Pacto Verde Europeo. Los avances están siendo lentos. De ahí que la próxima Comisión deba racionalizar la ejecución de lo acordado en los mandatos anteriores. Por tanto, los legisladores deben evaluar y comprobar las políticas implementadas; monitorear el progreso y apoyar a los Estados miembros para que cumplan sus objetivos. Y a la vez, evitar cambios innecesarios en la legislación energética recientemente adoptada.
La cumbre dejó algo claro:
“Una visión sin recursos es una ilusión. Y estos recursos sólo pueden garantizarse si tanto la industria como las políticas trabajan juntas para lograr una Unión Europea competitiva, descarbonizada y energéticamente independiente”.
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Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela