La Unión Europea expresa su preocupación por el consumo de electricidad derivado del uso de Internet,m en particular, y el tráfico digital de datos en partícular.
Un estudio de la consultora Cumulus Media afirma que cada minuto se envían 38 millones de mensajes por WhatsApp, se visualizan 4,3 millones de vídeos en Youtube y se realizan 5,7 millones de búsquedas en Google.
Vivimos en un mundo conectado en el que los tiempos de espera se reducen al mínimo y el acceso a la información es casi inmediato. Esto tiene muchas ventajas, pero también inconvenientes, entre ellos, el consumo de energía que genera el tráfico de datos.
Otro informe, este firmado por Greenpeace asegura que si Internet fuese un país, sería el sexto más contaminante del mundo. Una posición que se fija teniendo en cuenta que el tráfico digital consume el 7% de la electricidad mundial.
Ver Netflix contamina
Cuando hablamos de emisiones de CO2 pensamos en los coches, las calefacciones, las industrias… pero a casi nadie se la pasa por la cabeza pensar que el consumo de datos también produce emisiones. Pero sí, ver ver un capítulo de una serie en streaming también contamina: plataformas como Netflix y YouTube y servicios de videoconferencia como Skype utilizan unos 200.000 millones de kilwatios al año, según cifras de la eléctrica alemana Eon
Los centros de datos contribuyen a un 0,3% a las emisiones globales de carbono, según un estudio publicado en Nature y todo el sector de las tecnologías de la información y la comunicación ascienden al 2,5%, una cifra muy similar a la de la aviación comercial.
Lo mismo sucede con el uso de bitcoins, pero de acuerdo con un informe de digiconomist.net, el consumo anual de electricidad usado en la extracción de monedas digitales es de alrededor de 66 TWh por año, una cuarta parte del consumo anual de España.
Emisiones desde la fabricación
Habría que tener también en cuenta las emisiones derivadas de los procesos de producción: para fabricar un ordenador se necesita tres veces su peso en combustibles fósiles; y por cada gramo de un microchip se utilizan 360 gramos de combustibles fósiles y 750 gramos de productos químicos.
Y hay que agregarle, además, el consumo de los dispositivos: un promedio de unos 15 kilogramos de carbono por año. Si sumamos portátil, tablet, consola, móvil, batería externa, cascos… es fácil sobrepasar los 50 kilos de CO2 por año solo con gadgets personales.
En busca de una solución
La vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Competencia, la danesa Margrethe Vestager, ha advertido de que el gasto en electricidad de Internet tiene consecuencias climáticas y ambientales que no se están teniendo en cuenta.
«Ver películas en streaming es intensivo en energía. Tengan en cuenta los servidores que requieren y el aire acondicionado empleado», ha advertido en declaraciones recogidas por EuropaPress.
«Tenemos que desarrollar tecnologías con el New Green Deal para minimizar el consumo de energía y mejorar la eficiencia energética», ha afirmado la comisaria convencida de que el cambio climático no se puede evitar sin soluciones digitales.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.