Passivhaus
ha lanzado unos sencillos consejos para que nuestros hogares sean menos dependientes energéticamente. Y, además, que ese objetivo no afecte al confort térmico. Las recomendaciones de la plataforma no requieren obras y se amortizan fácilmente.
Señalan que se trata de pequeñas actuaciones de mejora para realizar ya y sin mano de obra especializada. Sin embargo, si el objetivo es alcanzar unos altos ahorros energéticos y mejorar el confort y la salubridad de nuestra vivienda:
“La mejor opción será siempre realizar una rehabilitación profunda y coherente que culmine en una certificación de rehabilitación EnerPhit”.
Recomendaciones de Passivhaus
Las cinco actuaciones que podemos realizar nosotros mismos y que recomienda Passivhaus son:
Aislar el cajón de la persiana.
Las cajas de las persianas enrollables suelen ser uno de los puntos débiles a la hora de proteger nuestras casas frente al frío. Apenas separan nuestra vivienda del frío del exterior y favorecen las corrientes de aire.
En estos elementos se puede ahorrar de forma rápida, sencilla y económica: colocando un panel aislante y utilizando cintas herméticas. El ahorro energético que alcancemos dependerá del tamaño del cajón, de los materiales aislantes utilizados y de su espesor.
Mejorar el acristalamiento con láminas aislantes.
Indican que las ventanas suelen tener las mayores pérdidas de calor de toda la casa. Es evidente que a través de ventanas antiguas con acristalamiento sencillo se pierde una enorme cantidad de calor. Pero, incluso teniendo doble acristalamiento (sin un revestimiento especial), es también posible ahorrar mucha energía y, por tanto, dinero.
Una forma de conseguirlo es creando un volumen de aire adicional colocando delante del cristal una lámina aislante. Este tipo de láminas puede comprarse en cualquier tienda de bricolaje. Además, su instalación, con cinta de doble cara, es sencilla y económica.
Aislar los nichos de los radiadores.
También es posible ahorrar de forma rápida mucha energía y dinero actuando sobre la parte trasera de los radiadores. Sólo hay que colocar una lámina termoaislante en la pared. En muchas ocasiones, están empotrados en huecos donde la pared que nos separa del exterior es de menor espesor.
Para aislar el radiador, podemos utilizar láminas de aluminio a modo de revestimiento. En el caso de una pared sin aislar en un edificio antiguo la pérdida de calor disminuye aproximadamente un 40%.
Aislar las tuberías calientes.
Si tenemos tuberías a la vista por las que circula, por ejemplo, agua caliente, lo mejor es aislarlas. Así no se pierde calor. Vale la pena aislar cualquier conducto que se sienta tibio o caliente.
Puede comprarse aislamiento para tuberías en cualquier tienda de bricolaje o por internet: puede ser un aislamiento de polietileno (PE), que es barato y fácil de trabajar, pero también se puede utilizar aislamiento de fibra mineral con una lámina de papel de aluminio.
El aislamiento debe ser lo más grueso posible y es importante sellar después todas las conexiones de forma hermética. Será la forma de evitar que pase aire caliente entre el aislamiento y la tubería. El ahorro dependerá de: el grosor del aislamiento de las tuberías; la diferencia de temperatura entre la tubería y el aire; y, por supuesto, de cuántos metros se aíslen.
Reducir la temperatura ambiente.
Sin duda, la forma más sencilla de consumir menos energía en calefacción es mantener una temperatura ambiente más baja. Y eso puede hacerse sin una pérdida significativa de comodidad. Por ejemplo: bajando dos grados la temperatura en un edificio antiguo, pueden ahorrarse casi 50 kWh por metro cuadrado de superficie habitable.
También es una opción apagar la calefacción por completo en aquellas habitaciones que no se estén utilizando. Por otro lado, contar con válvulas termostáticas programables es muy útil. Especialmente, si además pueden aprender rutinas. Entre ellas, la de bajar de forma automática la calefacción cuando se abre una ventana. O activarla al detectar que hemos vuelto a casa porque nuestro smartphone se ha conectado a la red WIFI.
Frecuentemente se pregunta si sirve de algo apagar la calefacción por la noche. Es evidente que a la mañana siguiente se necesita más energía para devolver la temperatura. La respuesta de Passivhaus es que “sí sirve”. Señalan que volver a calentar la estancia siempre requiere menos energía que la calefacción sin interrupción.
Por último, especialmente en habitaciones sin calefacción, debe asegurarse una ventilación suficiente. De lo contrario, puede crecer moho, sobre todo en las esquinas. El aire frío puede absorber mucha menos humedad. Lo mejor, por supuesto, es contar con un buen aislamiento térmico en todas partes y con un sistema de ventilación.
Los consejos de la plataforma
Arturo Andrés Jiménez,
presidente de la Plataforma Passivhaus, ha explicado sobre estas recomendaciones:
“Son pequeñas medidas que pueden ayudar algo a mejorar el confort térmico y a reducir la factura energética. Si bien para alcanzar un confort total y el máximo ahorro sería necesario realizar una reforma integral Enerphit que posibilite la certificación Passivhaus, garantía de alta eficiencia energética.
En la Plataforma Passivhaus estamos decididos a luchar contra la hipoteca energética de los hogares, manteniendo nuestro compromiso con la sostenibilidad y la protección del medio ambiente”.
Recordemos que Passivhaus es una asociación sin ánimo de lucro que trabaja por la construcción de edificios eficientes. En la actualidad la asociación cuenta con más de 900 socios repartidos por toda la geografía española.
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Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela