Redeia
ha anunciado que compensará la totalidad de sus emisiones directas (alcance 1) en 2023 y reducirá un 30% sus emisiones de alcance 1 y 2 en 2025, avanzando gradualmente hasta alcanzar el 55% en 2030 y el 100% en 2050.
Del mismo modo, para rebajar las emisiones de su cadena de valor, las de alcance 3, impulsará que en 2025 dos tercios de sus proveedores, en términos de emisiones, tengan aprobados objetivos de reducción validados por la ciencia (Science Based Targets). De este modo, cumplirá su compromiso de contribuir al escenario más ambicioso del acuerdo de París, que busca limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C.
Las medidas forman parte del próximo Plan de Sostenibilidad de Redeia, que fija para los años 2023-2025 un total de 190 para todas las áreas geográficas en que opera y todas sus actividades de negocio, esto es, Red Eléctrica, Redinter, Reintel, Hispasat y Elewit.
Plan de sostenibilidad 23-25 de Redeia
El anuncio lo realizó ayer la presidenta de Redeia, Beatriz Corredor, durante la apertura de las Jornadas de Sostenibilidad celebradas en Madrid. Corredor señaló: “Queremos impulsar el debate de una recuperación resiliente y un modelo de crecimiento sostenible, en el que las empresas contribuimos con nuestro negocio a dejar este mundo mejor de lo que lo encontramos. No podemos permitirnos el lujo de que las palabras resiliencia y sostenible sean huecas. Hay que dar el paso al capitalismo ético. Ser perdurables supone servir a la sociedad”.
El Plan de Sostenibilidad 23-25 de Redeia, que será aprobado en unos días por su Consejo de Administración, maximiza la contribución del grupo al desarrollo sostenible con 87 objetivos cuantitativos, medibles y enmarcados en el cumplimiento de su Plan Estratégico 21-25.
Con él, Redeia se ha propone lograr para 2025 que el 60% de la financiación sea sostenible (ahora es del 42%) y que las mujeres ocupen el 38% de los puestos directivos (ahora es del 34%).
El plan recoge acciones para Red Eléctrica, filial del grupo responsable de la operación y el transporte del sistema eléctrico español y comprometida con facilitar que la integración de energías renovables en el mix sea del 74% en 2030, en la senda de lo que establece el Plan Nacional de Energía y Clima. Así, contempla la eliminación total de residuos llevados a vertedero, la señalización de todas las zonas sensibles de sus líneas para proteger la avifauna y la reforestación al menos del 100% de la masa vegetal afectada por los nuevos proyectos de transporte eléctrico.
Declaraciones
La jornada ha contado con la participación del director general de Política Energética y Minas del Ministerio de Transición Ecológica, Manuel García, quien ha recordado cómo la crisis energética es la principal palanca para la descarbonización de la economía y para fortalecer nuestra independencia de fuentes fósiles. “La situación actual no es fruto del impulso de la transición ecológica. Al contrario: podríamos haberla mitigado si la apuesta hubiera sido más temprana», ha expresado y ha destacado que la crisis energética actual ha hecho que “todos estemos tomando conciencia de lo importante que es la energía en nuestras vidas y cómo con pequeñas acciones podemos transitar hacia un modelo más sostenible, justo y seguro”.
Asimismo, ha señalado que “en España, nos encontramos en una situación de privilegio para liderar la transición energética porque tenemos un alto potencial renovable, unas políticas públicas que han apostado desde el principio por las renovables, tenemos una seguridad jurídica que invita a las inversiones y a atraer a otros agentes del sector de otras partes del mundo. Esta situación de crisis supone una gran oportunidad para que España lidere una revolución industrial como no ha ocurrido en el pasado”.
En ese sentido, Antonella Battaglini, directora general de la plataforma europea Renewables Grid Innitiative (RGI), ha apuntado que “los próximos cinco años son cruciales para alcanzar nuestros objetivos climáticos y energéticos. Necesitamos escalar y acelerar masivamente el despliegue de la red y la infraestructura de generación renovable, y debemos hacerlo al mismo tiempo que cuidamos la naturaleza y de las personas. No es fácil, por lo que el liderazgo comprometido, la colaboración intersectorial y un enfoque de planificación integrado son fundamentales ahora”.
Por su parte, Miguel Delibes de Castro, biólogo de la Estación Biológica de Doñana del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha alertado de que “las condiciones para la vida en el planeta están modificándose muy rápidamente. La degradación de la biodiversidad a todos los niveles y el cambio climático son dos manifestaciones interdependientes de ese cambio, directamente relacionado con el tamaño de la población humana y el crecimiento del consumo y la contaminación. La sostenibilidad requiere renuncias y cambios radicales en nuestra manera de relacionarnos con el ambiente”.
En la misma línea se ha pronunciado el profesor de investigación del CSIC, Fernando Valladares. A su juicio, “no avanzamos en la resolución de la crisis ambiental porque no acabamos de entender lo que está en juego. Nuestra salud y nuestra propia supervivencia como especie dependen de que escuchemos a la ciencia y cambiemos de rumbo en nuestra producción y uso de la energía, el agua y los alimentos. No es sostenible seguir haciendo negocio con todo ni podemos pretender que el producto interior bruto crezca indefinidamente y sea nuestra referencia de bienestar y desarrollo”.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.