Un grupo de investigadores de la Universidad de Arizona ha publicado un estudio en el que ‘supera’ los principales escollos de la energía verde y adelanta cómo conseguir combustibles limpios a partir de la luz.
En países como España, con un promedio alto de horas de luz solar, el astro rey se está convirtiendo en uno de los principales generadores de energía verde. Ayer mismo hablábamos de que Europa tiene potencial para producir más energía alternativa de la que necesita y que solo con la instalación de paneles fotovoltaicos en los tejados de las casas europeas se podría satisfacer el 25% de las necesidades energéticas del continente.
El estudio que ha presentado este grupo de investigadores de Arizona, liderados por Brian Wadsworth, va un paso más allá y se centra en uno de los principales inconvenientes de la luz solar como generadora de energía: su falta de constancia. Dicho de otro modo más sencillo: ¿cómo seguir produciendo energía en días nublados o con lluvia?
«En este trabajo en particular, hemos estado desarrollando sistemas que integran tecnologías de captura y conversión de luz con estrategias de almacenamiento de energía basadas en químicos», explica Gary Moore, profesor asistente en la Facultad de Ciencias Moleculares de ASU.
Almacenar energía en lugar de producirla
La investigación de la Universidad de Arizona un marco teórico para comprender las reacciones subyacentes de la formación de combustible, acercándolas un paso más hacia la viabilidad comercial. El informe describe tecnologías que combinan semiconductores recolectores de luz y materiales catalíticos capaces de reacciones químicas que producen combustible limpio.
La idea es utilizar la energía de los rayos solares de tal manera que pueda almacenarse en forma de combustible limpio para que pueda ser utilizado en días de poca luz. «en lugar de la generación directa de electricidad a partir de la luz solar, esta nueva generación de tecnología utiliza energía solar para impulsar reacciones químicas capaces de producir combustibles, que almacenan la energía del sol en enlaces químicos. Ahí es donde la catálisis se vuelve extremadamente importante. Es la química de controlar tanto la selectividad de las reacciones como los requisitos generales de energía para impulsar esas transformaciones».
Los investigadores llegan incluso a plantear que la producción de hidrógeno y combustibles bajos en carbono mediante estas tecnologías podrían algún día suplantar a las fuentes fósiles.
«En lugar de la generación directa de electricidad a partir de la luz solar, esta nueva generación de tecnología utiliza energía solar para impulsar reacciones químicas capaces de producir combustibles, que almacenan la energía del sol en enlaces químicos», explica Moore, profesor asistente en la Facultad de Ciencias Moleculares de la Universidad Estatal de Arizona (ASU).
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.