Un profesor de marketing me explicó una vez que es más fácil perder cien clientes que ganar uno. Quizás pueda parecer exagerada la proporción, sin embargo, cuando oímos hablar sobre un tema en concreto en nuestro entorno, generalmente es para criticarlo. Así que si seguimos la comparación podemos darnos cuenta de que se habla cien veces más de una mala actuación que de una buena.
Las energías renovables, la eficiencia energética, la sostenibilidad de los recursos son en sí mismos conceptos bien recibidos por la inmensa mayoría de los ciudadanos, sobre todo cuando afectan positivamente al preocupante cambio climático o al bolsillo de cada uno, para que nos vamos a engañar.
Las asociaciones de empresas dedicadas al negocio de las energías renovables y de la eficiencia energética vienen desde hace cerca de 20 años lanzando el mensaje de la bondad de estas tecnologías en favor del medio ambiente. Un mensaje interesado si se quiere, por la propia idiosincrasia del negocio, pero no menos cierto. El éxito del mensaje, aunque pueda parecer fácil, ha requerido de un gran esfuerzo de comunicación y marketing, no sólo hacia el ciudadano en general sino hacia nuestros políticos e instituciones públicas.
El fraude
No es por tanto de recibo que la imagen que tantos años y esfuerzo ha costado crear en torno a las energías renovables quede manchada de golpe y porrazo por «púnicas», «frontinos» o «molinos», que son el nombre de algunas de las operaciones contra la corrupción llevadas a cabo por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO).
Operación Molinos
En marzo de 2009 se ponía en marcha esta operación que dejaba al descubierto una supuesta trama urbanística montada alrededor de la exalcaldesa Mariví Pinilla y la comarca de La Muela, en la que diversos fabricantes habían llegado a instalar más de 500 aerogeneradores. Pinilla está sentada en estos días en el banquillo, en el que se declara inocente de los cargos que se le imputan. Mientras se demuestra su inocencia, la imagen de la eólica en Aragón y en el resto de España ha quedado marcada por la corrupción. Y ahora se habla mucho de la eólica, pero mal.
Operación Púnica
En octubre de 2014, la empresa Cofely se veía salpicada por su relación con la trama de adjudicación de contratos públicos a cambio de «mordidas» por valor de 160 millones de euros. El tipo de servicios que prestaba Cofely era el llamado de Servicios Energéticos, por el que el cliente se beneficiaba del ahorro en los servicios energéticos recibidos a cambio de un contrato de mantenimiento a largo plazo. En este caso, la imagen del sector de las ESEs (Empresas de Servicios Energéticos) quedó manchada. Y ahora se habla mucho de la eficiencia energética, pero mal.
Operación Frontino
En enero de 2016 otra operación de la OCU ha destapado una trama en la que Acuamed habría adjudicado obras de forma fraudulenta y falsificado certificaciones y liquidaciones para aumentar significativamente las cantidades a abonar a las empresas adjudicatarias. En este caso, algunos directivos de Acciona y FCC han sido arrestados. Nuevamente la imagen del sector de la construcción y el medio ambiente se ha visto mermada. Y ahora se habla mucho…. pero mal.
Por Carlos Sánchez Criado
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.