La Comisión Europea ha propuesto ambiciosos objetivos de emisiones para vehículos nuevos de transporte pesado. Quieren reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y de GEI que causan camiones y autobuses. Las nuevas normas contribuirán a que estos sectores favorezcan la movilidad sin emisiones y los objetivos climáticos de la UE.
Los camiones, los autobuses urbanos y los autobuses de larga distancia son responsables de más del 6% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) de la UE y de más del 25 % de las emisiones de GEI del transporte por carretera.
La Comisión propone introducir progresivamente normas más estrictas en materia de emisiones de CO2. Serán para casi todos los vehículos pesados nuevos con emisiones certificadas de CO2, en comparación con los niveles de 2019. Concretamente:
- Una reducción del 45 % de las emisiones a partir de 2030;
- Del 65 % de las emisiones a partir de 2035;
- Y del 90 % de las emisiones a partir de 2040.
La Comisión también propone que todos los autobuses urbanos nuevos sean sin emisiones a partir de 2030. El objetivo es estimular una implantación más rápida de los autobuses sin emisiones en las ciudades.
Comisión, Pacto Verde Europeo y REPowerEU
Acorde con los objetivos del Pacto Verde Europeo y REPowerEU, esta propuesta tendrá un efecto positivo en la transición energética. En esa línea:
- Reducirá la demanda de combustibles fósiles importados;
- Mejorará el ahorro y la eficiencia energéticos en el sector del transporte de la UE;
- Redundará en beneficio de compañías de transporte y usuarios europeos al reducir costes de combustible y de propiedad;
- Garantizará un mayor uso de vehículos más eficientes desde el punto de vista energético.
- Finalmente, mejorará la calidad del aire, sobre todo en las ciudades, y la salud de los europeos
Además, el sector es clave para apoyar a la industria europea de tecnologías limpias e impulsar la competitividad internacional. La UE es líder del mercado en la producción de camiones y autobuses. Por ello, un marco jurídico común contribuye a asegurar esa posición de cara al futuro.
Estas normas revisadas son una señal clara y a largo plazo para orientar las inversiones de la industria de la UE. La dirección es clara: tecnologías innovadoras sin emisiones e impulso de la creación de infraestructuras de recarga y repostaje.
Contexto
Las emisiones del sector de los vehículos pesados han aumentado cada año desde 2014, salvo en 2020 por la pandemia. Especialmente en el sector del transporte de mercancías, las emisiones están aumentando rápidamente. La causa principal es la creciente demanda de transporte por carretera, que se prevé siga aumentando en el futuro.
En 2019, las emisiones del transporte de mercancías fueron un 44 % superiores a las del sector de la aviación. Asimismo, un 37 % más altas que las del transporte marítimo.
El 99% de los vehículos pesados del parque de la UE funcionan con combustibles fósiles importados, como el gasóleo. Esto contribuye a la dependencia energética de la UE y a la actual volatilidad del mercado de la energía.
Las normas vigentes en materia de emisiones de los vehículos pesados datan de 2019. Sin embargo, ya no se ajustan a los objetivos climáticos de la UE. La legislación vigente no aporta una señal suficientemente clara y a largo plazo a los inversores. Además, no refleja la nueva realidad del sector de la energía, ni la rápida evolución de la industria de los vehículos pesados a escala mundial.
Nuevas normas de la Comisión
Así, las nuevas normas propuestas por la Comisión se ajustan a los objetivos de la UE. Tanto en materia de clima, como en línea con el paquete de medidas «Objetivo 55» y al Acuerdo de París.
Para sostener esta propuesta, las inversiones deben canalizarse hacia los vehículos sin emisiones y la infraestructura de recarga y repostaje. Para ésta, la Comisión ya ha propuesto el Reglamento sobre una infraestructura para los combustibles alternativos. El objetivo es fomentar la infraestructura de recarga necesaria en apoyo de la transición ecológica del sector de vehículos pesados.
Específicamente, la Comisión ha propuesto que se instalen puntos de recarga y repostaje a intervalos regulares en las principales carreteras. Lo hemos comentado otras veces. La proporción es: puntos de carga cada 60 kilómetros para la recarga eléctrica; de repostaje de hidrógeno cada 150 km.
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Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela