La Comisión Europea aprobó ayer una serie de recomendaciones para que los países puedan afrontar las subidas del precio de la electricidad, muy significativas tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia. La novedad más destacable es la posibilidad de limitar el precio del gas en el mercado mayorista de electricidad.
En el caso de España, la Comisión Europea ha aprobado casi todas sus peticiones, algo que también ha ocurrido con países de Europa Central. El objetivo es dar libertad a los países para fijar medidas sobre el sistema gasístico para disminuir la dependencia de los hidrocarburos rusos en dos tercios con vistas a unos años.
En el documento presentado ayer, la Comisión no niega por completo la posibilidad de sacar al gas del mercado mayorista para evitar que su precio perjudique al de las demás tecnologías, pero tampoco se incluye esta medida. En concreto, si se menciona que «se estudiará todas las opciones posibles de medidas de emergencia para limitar el efecto contagio de los precios del gas en los precios de la electricidad, como límites de precios temporales”.
Establecimiento de precios máximos
Una de las grandes novedades es la posibilidad de que se establezcan precios máximos en el mercado mayorista de electricidad. Esta solución puede sustituir a la exclusión del gas del pool, una acción que los Estados no podrían aplicar de forma individual.
Durante años, España mantuvo casi en solitario, respecto a sus colegas europeos, el mencionado límite de precios. Este mecanismo impedía la casación de ofertas en el mercado diario que superaran los 180 €/MWh, así como las de precios negativos. En caso de que las barreras se superaran, las ofertas se trasaladaban al mercado de restricciones técnicas y las centrales cobraban el precio ofertado. Después de funcionar de esta forma, España se vio obligada desde Bruselas a aplicar el límite que rige en el resto de países: 9.999 €/MWh.
Ahora, la vuelta de este mecanismo permitirá controlar los precios. De darse la situación en la que las ofertas de un ciclo combinado superen el máximo impuesto por el Gobierno, no casarán en el mercado y pasarán al mercado de restricciones. De este modo, aunque al final la central reciba el precio de la oferta, este no influirá en el resto de energías al no marcar el precio marginal.
Sin embargo, pese a las ventajas que este mecanismo puede presentar, se corre el riesgo de crear alteraciones en el mercado. Si los países llevan a cabo esta medida por su cuenta y consiguen alcanzar precios más competitivos, aumentarían sus exportaciones y se podrían crear congestiones.
Fuente: CincoDías.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.