El último informe del COIIM, “Propuestas para la reforma del mercado mayorista español”, señala que las nucleares y las hidráulicas sin bombeo deberían salir del mercado marginalista eléctrico.
El Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid (COIIM) presentará los resultados de su informe ante las administraciones públicas y empresas del sector.
Aprobado el pasado 9 de diciembre por su Comisión de Energía, el texto analiza la propuesta presentada por el Gobierno a la Comisión Europea (CE) para impulsar la modificación del sistema de fijación de precios de la electricidad en situaciones excepcionales como el alza actual de tarifas. En ella, se plantean entre otros aspectos desligar el gas natural de las demás fuentes que intervienen en la formación de precios.
Esta solicitud no ha sido bien acogida por la CE y por un buen número de los países del centro y norte de Europa, que mantienen que el actual mercado marginalista es el más eficiente para el conjunto del Mercado Eléctrico Único de la UE.
Mercado marginalista eléctrico
En opinión del portavoz y presidente de la Comisión de Energía del COIIM, Jaime Segarra, experto en generación eléctrica, “en el actual mecanismo marginalista de formación de precios, en el que la demanda es muy rígida y la oferta está controlada por unos pocos grupos empresariales, la entrada al mercado de ofertantes no es libre y las tecnologías implicadas tienen características muy dispares”.
Según se desprende del citado informe, las disfunciones del mercado marginalista, tanto en lo referente a precios medios anuales pagados a cada tecnología, como en los consiguientes riesgos que suponen para el mantenimiento de una adecuada estructura de generación durante la transición energética, podrían corregirse en gran medida si además de las centrales RECORE (Renovables, Cogeneración y Residuos), no formaran parte del mercado marginalista las hidroeléctricas, excepto las de bombeo, y las nucleares.
Se trata de que la electricidad que producen fuera abonada a sus costes de producción, tasas e impuestos, más una rentabilidad razonable, y su gestión operativa fuera optimizada para minimizar los costes totales de operación del sistema eléctrico.
Con ello se evitarían los excesivos beneficios de parte de la generación eléctrica, así como los riesgos de pérdidas económicas y de cierre anticipado de las centrales nucleares por bajos precios futuros.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.