Para Jorge Lanza, consejero delegado de CLH, la descarbonización es un reto global que, a pesar de que se aborda de manera diferente en cada parte del mundo, «afecta a todos por igual». Y que aunque Europa se ha puesto a la cabeza en esta transición, sus emisiones solo representan un 10% del total.
Hotel Palace de Madrid, 24 de junio de 2019. Executive Forum, con la colaboración de FCC y Nervión, organiza un encuentro para abordar la posición de la logística de hidrocarburos ante la transición energética.
Jorge Lanza, consejero delegado de CLH, aprovecha la invitación para advertir que la descarbonización es un reto global y que a pesar de que Europa está liderando a transición energética, sus emisiones solo representan un 10% de las totales.
«La involucración de todos los países es totalmente necesaria», ha remarcado Lanza.
El consejero delegado de CLH explica que la demanda energética tiene una relación directa con los niveles de bienestar y el incremento de la población mundial, lo que está haciendo que «el centro de gravedad del mundo pase a estar en la zona oriental».
El problema es que en estas zonas en las que la demanda energética crece a pasos agigantados no se están controlando las emisiones como debiera. “El escenario sostenible requiere invertir la relación histórica entre el crecimiento económico, la demanda energética y las emisiones” ha explicado Lanza.
De este modo, ha considerado que el “mix energético mundial sigue teniendo un componente fósil muy importante”, pese a que ha reconocido que va a ir a menos en los próximos años. Como ejemplo, se ha referido al sector del automóvil que, aunque prevé un crecimiento del 80% de su flota, está haciendo un gran esfuerzo por limitar sus emisiones y va a lograr disminuir su huella de carbono.
La solución puede pasar por un ‘mix’ tecnológico
“El futuro es difícil de predecir ahora” ha confesado Lanza, así como “es igual de difícil predecir cuál será el combustible que se impondrá, probablemente sea un mix”. Ante este escenario incierto, CLH aboga por la neutralidad tecnológica para permitir que el mercado siga su propio ritmo para investigar y mejorar las innovaciones presentes. En esta línea, ha mostrado su conformidad con el impuesto al CO2, pero sobre todo ha manifestado que lo más efectivo es incentivar este cambio con medidas que garanticen una transición ecológica ordenada y acorde con los mercados y la economía, para evitar posibles efectos búmeran.
Finalmente, Lanza ha declarado que el modelo energético va a evolucionar despacio y con toda seguridad. Para formar parte de esta transición, CLH aborda los cambios desde la adaptación de sus infraestructuras, con el objetivo de garantizar el suministro y favorecer la diversificación energética mediante el desarrollo de logísticas diferentes a las de los hidrocarburos tradicionales. Al mismo tiempo, continúa trabajando por la reducción del impacto medioambiental hasta lograr que su propia huella de carbono sea nula.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.