Según un plan oficial publicado por medios estatales chinos, China tiene el objetivo de reducir el uso de combustibles fósiles por debajo del 20% para 2060. El documento del gabinete, publicado el domingo, sigue una promesa del presidente Xi Jinping de eliminar el carbón, con el objetivo de alcanzar un pico de emisiones de carbono para 2030 y lograr la neutralidad 30 años después.
El país, que ha sido criticado por continua con la apertura de docenas de nuevas centrales eléctricas de carbón, vive un momento delicado debido a los recientes cortes de suministro motivados por la escasez de materias primas y el aumento de los precios del carbón. Actualmente, el país alimenta con carbón cerca del 60% de su economía.
Entre los nuevos objetivos de China se encuentra usar menos de un 25% de combustibles fósiles para 2030, fecha en la que la nación apunta a sus emisiones más altas. Para entonces, las emisiones de dióxido de carbono por unidad de PIB habrían caído en más de un 65% desde los niveles de 2005, mientras que la capacidad instalada total de energía eólica y solar está prevista para alcanzar más de 1.200 GW.
Las directrices también reiteraron un objetivo anterior de que las emisiones de carbono por unidad de PIB caigan un 18% en 2025 respecto a 2020.
Casi el 60% de la economía china funciona con carbón, pero el suministro en el mayor importador de carbón del mundo se ha visto interrumpido por la pandemia y reducido por la caída de las importaciones en medio de una disputa comercial con Australia.
Los problemas energéticos en China
Los problemas de energía de China han empujado a las principales empresas energéticas estatales a reducir el uso de energía y garantizar que haya suministros de combustible adecuados para el invierno que se acerca, según un informe recogido por Techwire Asia.
El gigante asiático, con más de mil millones de habitantes, está luchando contra una crisis energética que amenaza con afectar el crecimiento de su economía, actualmente la segunda en el mundo. Los cortes de energía generalizados han cerrado o parcialmente cerrado fábricas, afectando la producción y las cadenas de suministro globales.
Casi el 60% de la economía china funciona con carbón, pero el suministro en el mayor importador de carbón del mundo se ha visto interrumpido por la pandemia y reducido por la caída de las importaciones en medio de una disputa comercial con Australia. Ahora, a medida que la demanda de energía de las fábricas en China comienza a dispararse, se evidencia que las empresas estatales no han podido comprar suficiente combustible tras la drástica subida de precios.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.