La serie de televisión, estrenada en mayo de 2019, volvió a dar actualidad a la central nuclear de Chernóbil. El desastre de 1986, debido a numerosos errores, fue causando la muerte de miles de personas durante años, además de miles de enfermos y desplazados. Hoy, Chernóbil vuelve a estar de actualidad, desgraciadamente, por los terribles incendios que asolan desde el 4 de abril la zona. Han arrasado ya 11.500 hectáreas.
Desde que en 2016 se estableció la cubierta de acero sobre la central, nadie pensó que se volverían a vivir problemas en la zona. Pero el mes de abril ha dado un vuelco a la central y su entorno. El clima, excesivamente caluroso y seco, ha hecho que los incendios forestales se extendieran dramáticamente. Desde comienzos de abril en activo, incluso han amenazado a la central. En el lugar trabajan unas 2.500 personas, entre bomberos y personal de emergencias y, dicen, tienen controlados los incendios, pero no extinguidos.
Aún no se sabe cuál ha sido la causa. Sin embargo, las autoridades ucranianas apuntan a una quema incontrolada de rastrojos o a la imprudencia de un grupo de turistas. En todo caso, las alarmas han saltado por una posible nube tóxica y un aumento de la radiación en la zona. No ha superado los niveles que producen un riesgo para la salud en zonas habitadas, pero sí en las zonas de los incendios. Los niveles de radiación liberados han sido 16 veces superiores a lo normal. En todo caso, el humo ha llegado hasta Kiev, la capital ucraniana. Asimismo, casi la cuarta parte de la zona de exclusión de la central se ha arrasado.
Chernóbil recuperaba su naturaleza
Alrededor de la central, en un área de 40 km, se creó un espacio de exclusión condenado a permanecer desierto. Pero la naturaleza ha ido recuperando poco a poco el terreno. Lo cierto es que son muchas las imágenes que en los últimos años han mostrado las especies que habitan la zona. Entre ellas, osos pardos, bisontes europeos, lobos, alces, linces y unas 200 especies de aves. Además, caballos salvajes de przewalski, en peligro de extinción, una especie originaria de Mongolia que se soltó en la zona en 2018. Antes de los incendios se habían contabilizado hasta doce manadas, que los incendios habrán reducido a ocho.
La naturaleza se ha visto alterada, eso sí. Los investigadores han detectado cambios de pigmentación en animales como las ranas o las golondrinas. Sin embargo, la investigación muestra que la presión de actividades humanas sería peor para las especies de la zona que la propia radiación. En este momento, la fauna tiene un entorno de radiación asumible, pero las actividades humanas desplazarían a muchas especies.
Pasado y presente de Chernóbil
Tras la explosión de uno de los reactores de la central, el 26 de abril de 1986, una inmensa nube radiactiva viajó hacia Ucrania y hacia Bielorrusia. La liberación del material radioactivo que provocó la explosión generó 100 veces más radiación que las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Y ha sido el peor de los que se han registrado en todo el mundo.
Además, la nube tóxica cruzó Europa, y también llegó a Asia. Hasta 200.000 personas fueron movilizadas para aplacar los efectos del accidente nuclear. Y, entre otras cosas, acabaron con el llamado “Bosque Rojo”, que crecía al oeste de la central. Los árboles se talaron y enterraron con material contaminado para evitar la propagación de la radioactividad. Los incendios han arrasado parte de los que quedaron, desprendiendo partículas radioactivas.
Desde 2011, los alrededores de la central están abiertos para el turismo, bajo supervisión constante y con guías. Pero Chernóbil sigue dando muestras de vulnerabilidad, algo que obliga a una vigilancia que no parece haber sido muy efectiva a la hora de evitar los incendios y poner en riesgo nuevamente la seguridad de la central y su entorno.
FUENTES: CNN y El Mundo. Ciencia
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela