El sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE) permiten a las compañías petrolerasy comercializadoras de gas y electricidad contribuir al Fondo Nacional de Eficiencia Energética a través de inversiones en mejoras energéticas en los hogares.
El pasado 24 de enero entró en vigor el Real Decreto 36/2023, que establece un sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE) como opción para que las petroleras y comercializadoras de gas y luz aporten al Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE).
El FNEE es un fondo alimentado con las aportaciones económicas de las empresas energéticas que sirve de “apoyo económico y financiero, asistencia técnica, formación e información» para aumentar la eficiencia energética en diferentes sectores.
Certificados de Ahorro Energético
Desde 2012, es obligatorio para todas estas empresas contribuir al FNEE. Hasta la entrada en vigor del nuevo Real Decreto lo hacían en forma de cuota anual que se calculaba en función de sus ventas.
Ahora, con los nuevos Certificados de Ahorro Energético (CAE) las empresas pueden sustituir una parte de esa cuota por un ahorro energético certificado.
Los CAE son, por tanto, otra forma de contribuir a ese Fondo Nacional de Eficiencia Energética.
En las próximas líneas, con la ayuda de los expertos de la organización de consumidores OCU, damos respuesta a las dudas más importantes que surgen en torno a los CAE…
¿Cómo se consiguen los CAE?
«Haciendo una actuación o una inversión en eficiencia energética», resumen, desde la OCU
Esta nueva herramienta ha sido propuesta por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) para acelerar los objetivos de ahorro energético comprometidos con la Unión Europea (UE) y para tratar de reducir los costes del consumo de energía en nuestro país.
¿Cómo funcionan los Certificados de Ahorro Energético?
Las empresas energéticas invierten o pagan para que se realicen unas medidas de ahorro energético dentro de un catálogo de actuaciones en diferentes áreas.
Se incluyen las mejoras en la climatización de los edificios o la iluminación; las inversiones en movilidad sostenible u optimización y mejora de procesos industriales.
«El catálogo está todavía por definir, pero se espera que se apruebe próximamente», explican desde la OCU.
Tras ejecutar algunos de estos proyectos, la empresa responsable presenta unos resultados ante un verificador independiente, que los valida y registra en el Registro Nacional de CAE, una plataforma del Ministerio.
Las empresas pueden acumular CAE que se “canjean” como acciones para conseguir sus objetivos de ahorro energético. De esta manera, se reduce la cuota anual con la que contribuyen al FNEE.
Beneficios para los consumidores particulares
La normativa establece que los certificados o CAE se podrán comprar y vender, permitiendo que otras empresas obligadas a aportar al fondo común puedan adquirirlos y así liquidar sus obligaciones de contribución.
Es aquí donde pueden obtener beneficio los consumidores particulares que podrán vender el ahorro generado por una actuación que justifique un Certificado de Ahorro Energético.
Por ejemplo, aquellos consumidores que hayan llevado a cabo mejoras el aislamiento de la vivienda, pueden negociar con su comercializadora de gas una compensación económica para adquirir ese CAE.
«De esta forma, se pretende aumentar la inversión en tecnologías eficientes y sistemas de ahorro, pues las empresas pueden sacar partido de la compra de ese ahorro, por un lado y los consumidores ahorrar en sus facturas de energía», explican desde la organización de consumidores.
Otra ventaja para los consumidores finales es que se agiliza el proceso ya que la empresa se haría cargo de la nueva instalación y de certificar el ahorro generado, asumiendo los trámites necesarios.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.