Cepsa y Vueling han firmado un acuerdo para acelerar la descarbonización del transporte aéreo mediante la investigación y producción de combustibles sostenibles para la aviación (SAF, por sus siglas en inglés).
El desarrollo de estos carburantes respetuosos con el medio ambiente es una prioridad para ambas compañías como herramienta para continuar reduciendo la huella de carbono del transporte aéreo y contribuir a la lucha contra el cambio climático y la consecución de la Agenda 2030.
Biocombustibles de aviación con aceite de cocina usado
Estos combustibles se producirán a partir de materias primas circulares que no compiten con la alimentación, como
aceites usados de cocina, desechos animales de uso no alimentario o restos biodegradables procedentes de distintas industrias, y permiten reducir las emisiones de las aeronaves hasta en un 80% respecto al queroseno convencional.
La alianza también contempla el desarrollo de nuevas alternativas energéticas, como el hidrógeno verde y la electrificación para las flotas terrestres de Vueling (vehículos para el suministro, las operaciones de carga y descarga de equipajes, o asistencia a los aviones, etc.).
Cepsa y Vueling
Este nuevo acuerdo con una aerolínea de referencia consolida el propósito de Cepsa, uno de los principales productores y suministradores de combustibles para la aviación del mercado español, de convertirse en un referente dentro del sector de las energías limpias y liderar la descarbonización del transporte aéreo.
En el marco de
su nuevo plan estratégico, Positive Motion, la compañía está desarrollando un ecosistema centrado en acelerar la descarbonización de los clientes industriales, el transporte aéreo y marítimo, así como de la propia compañía, mediante la producción de moléculas verdes, principalmente hidrógeno renovable y biocombustibles.
Cepsa aspira a liderar en 2030 la fabricación de biocombustibles en España y Portugal, con una producción anual de 2,5 millones de toneladas, enfocándose especialmente en impulsar la sostenibilidad del tráfico aéreo, produciendo 800.000 toneladas anuales de SAF.
Por su parte,
Vueling enmarca esta alianza dentro de su
plan de sostenibilidad. La compañía desarrolla todas sus acciones en el marco del programa
Flightpath Net Zero, mediante el cual se ha establecido el objetivo de alcanzar las cero emisiones netas de CO
2 en el año 2050.
La aerolínea, como parte de IAG, comparte la visión de liderar la materia de sostenibilidad dentro del sector aéreo mundial. En concreto, IAG se ha convertido en el primer grupo de aerolíneas de Europa que se compromete a operar el 10% de sus vuelos con combustible de aviación sostenible en el año 2030.