Un informe de Naciones Unidas advierte que queda poco tiempo para cumplir con el Acuerdo de París y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En consecuencia, pide un despliegue rápido del uso y almacenamiento de captura de carbono (CCUS) para cumplir los objetivos de neutralidad de carbono.
El uso y almacenamiento de captura de carbono (CCUS) es el proceso de captura de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de la generación de energía fósil y los procesos industriales para su almacenamiento a gran profundidad o reutilización. CCUS comprende una amplia cartera de tecnologías existentes que son económicamente viables.
Según indica la CEPE (Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa), el despliegue a gran escala de la tecnología CCUS descarbonizaría el sector energético; asimismo, los sectores industriales difíciles de abatir a medio plazo. Eso sería suficiente para cerrar la brecha hasta que las nuevas tecnologías de energía, con bajas, cero o negativas emisiones de carbono, estuvieran disponibles.
Proyectos CCUS
El informe añade que las tecnologías CCUS actuales tienen la capacidad de lograr la eliminación de CO2 necesaria para alcanzar la neutralidad en carbono. Por tanto, afirman, deben verse como parte de una cartera más amplia de acciones para evitar las consecuencias inaceptables del cambio climático. Asimismo, se debe contar con el despliegue de tecnologías de “carbono bajo o cero”; incluso con la mejora de la capacidad de los sumideros de carbono naturales como los bosques, los humedales, el permafrost y los océanos.
El Technology Brief publicado analiza las diversas tecnologías disponibles para la captura: en origen de industrias tales como el cemento y el acero, la producción de hidrógeno a partir de combustibles fósiles, la incineración de residuos o la generación de energía; a partir de energía de biomasa o directamente del aire. Para el almacenamiento: en acuíferos o mediante la recuperación mejorada de petróleo. Y el uso: en procesos de CO2 de mineralización, químicos o biológicos.
El informe proporciona una descripción general de 31 proyectos CCUS existentes en Europa y 24 en América del Norte.
Escandinavia, Estados Unidos y Reino Unido lideran el camino en la preparación de CCUS. Estos países son los que están desarrollando proyectos piloto y adoptando los marcos regulatorios necesarios.
Las naciones más pequeñas de la CEPE buscan socios internacionales y financiación para sus CCUS, mientras equilibran sus objetivos climáticos con sus imperativos de desarrollo.
Según la Secretaria Ejecutiva de la CEPE, Olga Algayerova:
“Se necesita una fuerte voluntad política para que la energía asequible, limpia, confiable, sostenible y moderna para todos sea una realidad para 2030.
Mientras nos preparamos para el Diálogo de alto nivel sobre energía convocado por el Secretario General de la ONU bajo los auspicios de la Asamblea General de la ONU en septiembre, la CEPE se compromete a ayudar a los Estados miembros a hacer de 2021 el año de la acción real en materia de energía”.
Despliegue a gran escala
El Informe señala que el despliegue a gran escala de CCUS requerirá una gran capacidad de almacenamiento geológico. En la actualidad, se han identificado cuencas sedimentarias adecuadas la región de la CEPE en América del Norte y Europa Occidental; concretamente en Reino Unido, Países Bajos y Noruega.
La CEPE está preparando un estudio sobre el potencial de almacenamiento en Europa oriental, el Cáucaso y Asia central. En particular en la Federación de Rusia -Urales del Volga, Siberia occidental-, subregión del Caspio, Kazajstán, Azerbaiyán y el Mar Caspio.
Un gran coste, la principal barrera
El informe aborda el coste de los CCUS, que se percibe como una de las principales barreras para el desarrollo de proyectos. Los expertos evalúan que solo para Europa, el coste del despliegue de CCUS planificado para 2050 podría ascender a 320 mil millones de euros. Además, la infraestructura de transporte necesaria podría agregar otros 50 mil millones de euros. De la velocidad a la que se puedan reducir los costes impulsará el desarrollo a escala.
El informe destaca la necesidad de actuar a escala. En esa línea, insta a las naciones a colaborar para mejorar la rentabilidad de los grandes proyectos de infraestructura de energía limpia. Es necesario compartir las mejores prácticas, tanto en el despliegue de tecnología como en la infraestructura normativa. Asimismo, las políticas para respaldar los compromisos medioambientales a largo plazo de la industria y el gobierno.
También te puede interesar sobre el tema:
- La instalación de captura y almacenamiento de CO2 más grande del mundo se construye en Islandia
- ENSO (Bioeléctrica de Garray) y Carburos Metálicos pondrán en marcha un proyecto de captura y reutilización de CO2 en Soria
- La concentración de CO2 en la atmósfera ha aumentado más en cuatro que en 100 años
- Tecnologías de emisiones negativas para alcanzar el Acuerdo de París
- Cumplir los objetivos del Acuerdo de París pasa por las tecnologías de almacenamiento
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela