Construir un hogar desde cero tiene muchas ventajas, entre ellas que, eligiendo bien los materiales y tomando algunas decisiones, es posible convertirla en una casa pasiva, con cero emisiones contaminantes.
Una casa pasiva es aquella que utiliza los recursos naturales de su entorno de una forma eficiente a nivel energético, sin necesidad de una energía exterior que active los sistemas de climatización o ventilación.
El primer paso para construir una casa pasiva es realizar un estudio previo de las características del lugar donde se va a construir, con el objetivo de adaptar su diseño y elegir los materiales de construcción adecuados para que se aprovechen al máximo las condiciones medioambientales (radiación solar, orientación, ventilación, humedad…). Igual de importante es definir las necesidades que tendrá el edificio y las personas que vivirán allí.
En los últimos años, el número de casas pasivas construidas se ha multiplicado y posiblemente el principal motivo se encuentre en la entrada en vigor de la Directriz europea 2010/21/EU, por la cual a partir de 2018 todos los edificios públicos de nueva construcción debían ser de consumo casi nulo y a partir de 2020 esta misma condición se extenderá a viviendas particulares de nueva construcción.
Casa pasiva es aquella que utiliza los recursos naturales de su entorno de una forma eficiente a nivel energético, sin necesidad de una energía exterior que active los sistemas de climatización o ventilación
Cinco elementos clave a la hora de construir una casa pasiva
La organización de consumidores OCU ha repasado cuáles son los elementos clave a la hora de construir una casa sostenible, son cinco:
Aislamiento térmico
Un buen aislamiento térmico no solo ayuda a reducir las pérdidas de calor o frío, sino también a que la demanda de energía para climatización sea menor. Por este motivo, y para favorecer la eficiencia energética, en la construcción de casas pasivas es importante que estas cuenten con:
- Una envolvente térmica con espesores que duplican o triplican los de una casa convencional y que esta sea continua, sin interrupciones ni debilitamientos para evitar los puentes térmicos.
- Unas puertas y ventanas correctamente instaladas, ya que ambos elementos son una importante fuente de pérdidas de energía.
Sistema de ventilación eficiente y recuperación de calor
Estos sistemas se encargan de renovar el aire interior continuamente, al mismo tiempo que tratan de conseguir un confort térmico mediante el intercambio de aire interior y exterior.
Para lograr esto último, el recuperador de calor atempera el aire que entra, por ejemplo, un día de invierno a 0 ˚C cruzándolo (que no mezclándolo) con el que sale a 22 ˚C, de esta forma se produce una cesión de la energía interna y estos 0 ˚C se transforman en 18 ˚C. Todo esto sin la ayuda extra de ningún sistema de calefacción.
Efecto invernadero
Para conseguir el efecto deseado, se colocan superficies acristaladas estancas que generan un sobrecalentamiento del aire interior de una galería, o bien que almacenan el calor en paredes situadas estratégicamente, con el objetivo de que al caer la noche esta energía se pueda aprovechar.
En el caso de querer contrarrestar este efecto en verano, será necesario proyectar algún mecanismo de protección solar.
Una directiva europea establece que a partir de 2020 todas las viviendas de nueva construcción deberán ser de consumo casi nulo
Energías renovables
Del mismo modo que se examinan las particularidades del lugar, resulta conveniente hacer un estudio técnico para evaluar las distintas tecnologías renovables de uso doméstico que podrían instalarse (biomasa, bombas de calor, solar térmica, solar fotovoltaica…) y ver cuál de ellas se ajusta más al presupuesto y reportará a largo plazo un mayor ahorro energético y económico.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.