Los ECCN o nZEB, es decir, los edificios de consumo energético casi nulo, son aquellas construcciones comprometidas con el desarrollo sostenible y la eficiencia energética. En momentos como el que vivimos, con grandes aumentos en los precios de los carburantes y los suministros de luz o gas, este tipo de construcciones cobran especial importancia. Por ejemplo, el gasoil empleado para la calefacción, uno de los más utilizados en los edificios que aún no cuentan con contadores individuales, es hoy un 50% más caro que hace un año.
En este sentido, la Unión Europea estableció hace años su directiva 2010/31/UE, que afecta a todos las edificaciones públicas y privadas de nueva construcción con licencia de obras a partir del 27 de junio de 2020, estableciendo que deberán poseer la catalogación ECCN o nZEB (nearly Zero Energy Building).
Las ventajas de los edificios de consumo energético casi nulo
Fenómenos como el mencionado cambio climático, el deterioro de la capa de ozono, la deforestación o la aparición de lluvia ácida están causados por las actividades económicas actuales. Entre ellas, la construcción es una de las que más impacto provoca. De hecho, se estima que el “entorno construido”, aquel en el que pasamos más del 90% de nuestra vida, es en gran medida, culpable de dicha contaminación.
Concretamente, los edificios consumen entre el 20 y el 50% de los recursos físicos según su entorno, teniendo especial responsabilidad en el actual deterioro del medio ambiente la ampliación de la superficie construida. Además, según datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE) los edificios son responsables del 38% de las emisiones globales de CO2 y del 35% del consumo de energía.
Requisitos debe cumplir un ECCN
Los edificios de consumo energético casi nulo han de poseer una demanda energética muy baja gracias a técnicas de diseño y constructivas concretas. Del mismo modo, han de conseguir una alta eficiencia energética con poco o nulo consumo de energía como consecuencia del uso de energías renovables o de autoconsumo. Por ello, debe aprovechar al máximo recursos naturales como la luz solar, el viento o el calor del sol.
Las renovables, un aspecto clave
El concepto de energía renovable cobra especial importancia, ya que se estima que en Europa el consumo energético de los edificios representa un 40% del consumo de energía total, y un 75% de esta energía se produce a partir de combustibles fósiles. Un ejemplo son las calefacciones centrales de gasoil presentes en miles de edificios de nuestro país. Para mitigar su fuerte impacto, España aprobó una norma por la que antes del mes de mayo de 2023 todos los edificios construidos antes de 1998 que posean este sistema deberán instalar contadores individuales.
La aerotermia, geotermia, biomasa, energía solar térmica y fotovoltaica juegan un papel importante. Sin embargo, sus costes de instalación son variados. David Abolafio, gerente de Amisur, empresa especializada en la retirada y gestión de amianto en viviendas, explica: «Por ejemplo, la geotermia, al requerir de perforación, es bastante más cara que otras como la aerotermia. Ésta última, además, se utiliza fundamentalmente en las estaciones del año donde la temperatura es más elevada y sólo necesita de un espacio en el que ubicar la unidad exterior».
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.