Hemos conocido el informe “America Misled”, firmado por cinco académicos de las universidades George Mason, Harvard y Bristol. El mismo indica que las compañías de combustibles fósiles orquestaron y financiaron una campaña de desinformación en Estados Unidos. Con ella pretendían suprimir la acción contra el cambio climático y proteger sus actividades económicas.
El informe pone como ejemplo a Exxon Mobil, la mayor petrolera estadounidense. Precisamente ésta se enfrentaba ayer a un juicio por fraude en Nueva York. Ha sido acusada por la Fiscalía de engañar a sus accionistas respecto al posible impacto que podían tener las regulaciones que combaten el cambio climático.
Sin embargo, aunque falle el juzgado a favor, no está claro que sea el fin de las campañas de desinformación. Los científicos han sabido durante décadas que la quema de combustibles fósiles está causando el cambio climático. Se estima que el 97% de los científicos climáticos están de acuerdo sobre la acción del hombre en el calentamiento global.
La industria de combustibles fósiles, lo decíamos hace poco, sabe desde hace 60 años los riesgos. Pero, en lugar de tomar medidas para evitar dichos peligros, han estado invirtiendo durante décadas en campañas de desinformación para retrasar la acción.
Al contaminar el panorama de la información, estas compañías tergiversaron la seguridad de su producto y negaron al público su derecho a ser informados con precisión.
Campaña de desinformación orquestada
lleva el título: “Estados Unidos engañado. Cómo la industria de los combustibles fósiles engañó deliberadamente a los estadounidenses sobre el cambio climático “.
Y explican en su presentación:
“En las últimas décadas, la industria de los combustibles fósiles ha sometido al público estadounidense a una campaña de desinformación bien financiada y bien orquestada sobre la realidad y la gravedad del cambio climático causado por el hombre. El propósito de esta red de negación ha sido confundir al público y a quienes toman decisiones con el fin de retrasar la acción climática. Y, por tanto, proteger los intereses comerciales de los combustibles fósiles y defender las ideologías conservadoras libertarias y de libre mercado”.
Añaden que las tácticas de negación y retraso de la industria de los combustibles fósiles provienen directamente del libro empleado anteriormente por las grandes tabaqueras.
Como resultado, al público estadounidense se le ha negado el derecho a ser informado con precisión sobre el cambio climático. Es lo mismo que ocurrió cuando la industria del tabaco le negó el derecho a ser informado.
Las compañías de combustibles fósiles atacaron la ciencia y pidieron a los políticos que acabaran con las alarmas. Mientras, los daños catalizados por el clima empeoraron, incluido el aumento de la intensidad de las tormentas, las sequías y los incendios forestales. Y todo ello con una pérdida sustancial de vidas y costes para el pueblo estadounidense.
El informe explora las técnicas utilizadas para engañar al público estadounidense sobre el cambio climático y describe formas de luchar contra la desinformación.
La conclusión
El estudio de los académicos concluye de esta manera:
«La desinformación sobre el cambio climático ha tenido un propósito simple: bloquear la acción sobre el cambio climático. En Estados Unidos ha tenido éxito, con políticas bloqueadas, o retrasadas durante décadas, para mitigar el cambio climático.
Mientras tanto, el cambio climático se ha intensificado, causando impactos tales como episodios climáticos extremos e intensificados, aumento del nivel del mar, efectos nocivos en la salud humana y mucho más.
La negación del clima ha dañado gravemente al pueblo estadounidense. Los daños, las muertes y el daño a las personas continuarán empeorando si no exponemos ni desacreditamos la negación.
Esta no es la primera vez que las corporaciones priorizan ganancias sobre personas han causado un gran daño. La industria del tabaco gastó cientos de millones de dólares desinformando al público sobre los impactos del tabaquismo en la salud para minar el control del tabaco. La Organización Mundial de la Salud estima que seis millones de personas mueren cada año por enfermedades causadas por el tabaco que se pueden evitar. Basándose en el “libro de jugadas” de la industria del tabaco, las compañías de combustibles fósiles han hecho lo mismo con el cambio climático. Han gastado cientos de millones de dólares confundiendo al público y retrasando la acción de salvar vidas. Su legado es la muerte, la destrucción y las injusticias sobre el irreversible calentamiento global.
Big Oil es el nuevo Big Tobacco».
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela