En los últimos 50 años el consumo energético per cápita en el mundo ha aumentado un 60%, provocando un incremento de las emisiones del CO2 del 65%. Este incremento viene impulsado, en gran medida, por el mayor volumen de vehículos a motor. Así lo recoge el informe ‘La calidad del aire en las ciudades. Un reto mundial’ de la Fundación Gas Natural Fenosa, que analiza las causas y consecuencias de una baja calidad del aire y expone planes de mejora y propuestas de actuación para atajar el problema.
Sólo una de cada diez personas vive en una ciudad que cumple con los valores guía de calidad del aire de la OMS
El estudio refleja que el transporte representa alrededor de un tercio del consumo de energía en los países miembros de la Unión Europea y más de un quinto de las emisiones de gases de efecto invernadero. Actualmente sólo una de cada diez personas vive en una ciudad que cumple con los valores guía de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas guías de la OMS son más restrictivas que la legislación europea, que cuenta con algunos valores límite u objetivos que se fijaron a finales de la década de 1990, y no se han modificado desde entonces.
Existe, por lo tanto, una clara necesidad de aproximarse a los valores guías de la OMS, sobre todo en los contaminantes con mayor impacto en la mortalidad, como las partículas (PM2.5 y PM10). Además de estos contaminantes, que provocan casi 400.000 muertes al año en Europa, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, ‘La calidad del aire en las ciudades’ también tiene en cuenta otros, como dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno y óxidos de nitrógeno (NO2, NOx), plomo (Pb), benceno (C6H6), monóxido de carbono (CO), arsénico (As), cadmio (Cd), níquel (Ni), Benzo(a)pireno (B(a)P) y ozono (O3).
El gas natural, un aliado, no la solución
En este campo, los vehículos a gas natural (VGN) tienen un papel determinante para mejorar la calidad del aire en las grandes ciudades, específicamente en concentraciones de NO2 y material particulado (PM10 y PM2.5). Esta es una de las conclusiones de la experiencia realizada en Madrid y Barcelona por José María Baldasano, catedrático de Ingeniería Ambiental de la Universidad Politécnica de Cataluña y miembro del Barcelona Supercomputing Center, que analiza diversos escenarios a partir de sustituir un porcentaje de la flota de vehículos actuales por otros a gas natural.
Casi 50.000 toneladas menos de emisiones, motivadas por la sustitución del 11,2% de los vehículos en Barcelona y del 13,4% en Madrid, por vehículos a gas natural
El informe ‘La calidad del aire en las ciudades’ plantea un escenario de casi 50.000 toneladas menos de emisiones, motivadas por la sustitución del 11,2% de los vehículos en Barcelona y del 13,4% en Madrid, por vehículos a gas natural. Xavier Querol, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y coordinador del estudio ha descrito la función de los vehículos a gas natural: “no consideramos que sea la solución, pero sí que en esta transición hacia soluciones definitivas, el gas natural tiene un papel muy importante”.
Para Querol la solución es mucho más amplia y abarca diferentes ámbitos: “se trata de incrementar la eficiencia energética, mediante el uso del transporte público, y de aplicar medidas concretas sobre el uso del vehículo privado y el transporte de reparto de mercancías –que se ha disparado con las ventas por Internet- , como la reducción en el número de vehículos, la restricciones a la circulación o los peajes urbanos y el uso del vehículo eléctrico”, por eso admite que los vehículos a gas natural, “no son la única solución, pero pueden ayudar bastante” en la mejora de la calidad del aire en las ciudades.
Medidas eficaces para mejorar la calidad del aire en las ciudades
En consonancia con las declaraciones de Querol, aunque de forma más pormenorizada, el informe explica que las medidas más eficaces para la mejora de la calidad del aire, tanto en Madrid como en Barcelona, son la transformación del 50% de los vehículos de reparto de mercancías (Escenario 4 – E4) y el 10% de los turismos particulares (E5). La sustitución de autobuses y de vehículos pesados de transporte de mercancías son menos relevantes (representan menos del 0,25% del total del parque de vehículos), aunque se reducen considerablemente las emisiones de SO2 y partículas (PM10 y PM2.5), debido a la gran influencia que tienen los vehículos pesados diésel en las emisiones de estos contaminantes.
La transformación a gas natural de ciertas flotas de vehículos diésel o gasolina se presenta como una opción factible para la reducción de concentraciones de NO2 y especialmente de material particulado (PM10 y PM2.5) en las grandes urbes como Barcelona o Madrid, que implica una mejora de la calidad del aire en las ciudades.
Una visión global
Según ha explicado el coordinador del informe, lo que se pretende es ofrecer una “visión global”, es decir, “el desafío que plantea la calidad del aire a nivel mundial”, por eso “se ha abierto el estudio al detalle para ciudades completamente diferentes”. Además de Madrid y Barcelona, el estudio analiza la calidad del aire y su impacto sobre ciudades como Berlín, México, Santiago de Chile, Bogotá y la región de Lombardía en Italia.
«Milán cuenta con peajes urbanos desde 2015 y aplica restricciones a la circulación todos los días del año”
Entre los casos más curiosos, el de Berlín, que plantea la necesidad de averiguar “cómo es posible transformar y cuáles son los retos que marca la calidad del aire en Berlín tras la unificación alemana”, en una ciudad donde cohabitaban dos modelos energéticos diferentes, ha comentado Querol. En el caso de Bogotá: “ha adoptado importantes medidas de reducción del tráfico en el centro de la ciudad”, y aunque su calidad del aire no es buena, “sí supone un ejemplo a seguir para otras ciudades de Iberoamérica”, en cuanto a determinadas actuaciones. Más próxima a la economía y cultura de nuestras ciudades, Milán “cuenta con peajes urbanos desde 2015 y aplica restricciones a la circulación todos los días del año”, ha asegurado Querol, que también recuerda el caso de Nueva York, donde “para entrar en Manhattan –en vehículo privado- hay que pagar 12 dólares” de peaje urbano.
El objetivo de ‘La calidad del aire en las ciudades. Un reto mundial’ impulsado por la Fundación Gas Natural Fenosa es destacar que “la calidad del aire es un problema tan importante como el cambio climático, y con efectos adversos más inmediatos, cuya solución requiere de la colaboración de todos”, ha explicado Martí Solà, director general de la Fundación. Coordinada por Xavier Querol, profesor de investigación del CSIC, la publicación ha contado con la participación de 18 destacados expertos a nivel mundial.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.
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