Según el último informe de New Energy Outlook 2020 (NEO 2020) de BloombergNEF, la pronunciada caída de la demanda de energía acontecida este año como consecuencia de la pandemia del COVID-19 dará como resultado la eliminación de 2,5 años de emisiones del sector de energía de aquí a 2050.
Haciendo uso de su Escenario de Transición Económica, las proyecciones de BNEF acerca de la evolución del sistema global de energía durante los próximos 30 años indican que las emisiones por quema de combustibles alcanzaron su techo en 2019. También, aunque volverán a aumentar con la recuperación económica tras el COVID-19, nunca volverán a ser las mismas. Por último, aseguran que las emisiones caerán a una tasa anual del 0,7% hasta mitad de siglo a partir de 2027.
Las renovables hacen caer las emisiones
En esta caída de emisiones tendrá mucho que ver el aumento del desarrollo de la eólica y solar como energías muy competitivas, el mayor uso del vehículo eléctrico y la optimización del uso energético industrial. A mitad de siglo, la eólica y la solar representarán un 56% de la generación global de electricidad. Si sumamos las baterías, ambas fuerzas sumarán el 80% de los 15,1 billones de dólares invertidos en los próximos 30 años.
El informe de BNEF prevé que la demanda total de petróleo alcance su techo en 2030, para pasar después a caer un 0,7% interanual. En concreto, en 2050 estará en los niveles de 2018.
El techo del carbón
El uso del carbón tocará techo en China en 2027, mientras que en India lo hará en 2030. Aun así, en 2050 todavía copará el 12% del mix de generación mundial.
Por su parte, el gas es el único combustible fósil que seguirá creciendo, con un aumento del 0,5% interanual hasta 2050, un crecimiento del 33% para edificios y del 23% para la industria donde hay pocos sustitutos económicos de bajo carbono.
Un dato preocupante es que, pese al avance de la transición energética y la disminución de la demanda de energía generada por el COVID-19, BNEF apunta a que las emisiones del sector energético continúan avanzando en una dirección: el aumento de la temperatura a nivel mundial de 3,3 grados para el año 2100.
Previsiones para el petróleo
Por otra parte, el informe de BNEF prevé que la demanda total de petróleo alcance su techo en 2030, para pasar después a caer un 0,7% interanual. En concreto, en 2050 estará en los niveles de 2018.
El gran culpable de esto es el hecho de la expansión de los coches eléctricos, cuyo precio alcanzará una paridad con los de combustión en la década de 2020.
Jon Moore, CEO de BNEF explica: «Los próximos diez años serán cruciales para la transición energética. Hay tres cosas clave que deben suceder: una implementación acelerada de energía eólica y fotovoltaica; una mayor aceptación por consumidores de vehículos eléctricos, energías renovables a pequeña escala y tecnología de calefacción de bajo carbono, tales como bombas de calor; y un desarrollo e implementación a mayor escala de combustibles que no emiten carbono».
Te puede interesar
- Tesla se estrena como proveedor de electricidad en Reino Unido
- Trump vs Biden: el cambio climático también enfrenta a los candidatos estadounidenses
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.