Bruselas votará sobre la prohibición de venta de coches y furgonetas nuevos de motor de combustión para 2035. La fecha es la que propuso en 2021 la Comisión Europea, adelantando así en cinco años lo previamente propuesto. Una medida que se enmarca en su objetivo de reducción de emisiones.
La Comisión de Medio Ambiente (ENVI) aprobó también la fecha planteada, no así los objetivos centrales. Entre ellos, la propuesta de reducir la producción de turismos en un 40% y la de furgonetas en un 35% hasta 2027. Mientras, la reducción en un 70% y un 65%, respectivamente, hasta 2030 resultó empatada.
En contrapartida, se dio luz verde al inicio de otra propuesta: un avance gradual para reducir el 55% de las emisiones contaminantes de nuevos coches y furgonetas en 2030, y llegar a 0 un tiempo después.
Además, las directrices del Parlamento incorporan otras propuestas para eliminar el mecanismo de incentivo a los vehículos de motor cero y de bajas emisiones (ZLEV). Considera el Ejecutivo comunitario que la medida ya no cumple con su propósito original.
Igualmente han solicitado a la Comisión que presente a finales de 2025 un informe con los progresos conseguidos para reducir las emisiones en carretera. Y que desde ese momento haga revisiones anuales, teniendo en cuenta: el impacto en consumidores y empleo; el nivel de uso de energías renovables, así como información sobre el mercado de segunda mano.
También han encargado a la Comisión un informe que detalle la necesidad de financiación específica para garantizar una transición justa en el sector del automóvil. Su objetivo: contener el efecto negativo en el empleo y otros impactos económicos. Deberá estar listo a finales de 2023.
Finalmente, piden una metodología clara para evaluar el ciclo de vida completo de emisiones de CO2 de turismos y furgonetas comercializados en la UE. Así como, los combustibles y energía consumidos por estos vehículos.
Prohibición de motores de combustión
La opinión de ACEA
Desde la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) opinan que el motor de combustión interna seguirá siendo una solución de movilidad “durante muchos años”. Eso, a pesar de la transformación descarbonizadora que vive el sector. Ha añadido que la transición al cambio climático requerirá medidas políticas más “coherentes” en toda la Unión Europea, especialmente para el transporte por carretera.
La asociación también ha pedido que se mejoren los parámetros clave para la gasolina y el diésel. Eso permitirá un mejor control de calidad y reducir las emisiones de los vehículos antiguos y nuevos en relación a la calidad del aire.
Clepa y la prohibición de motores de combustión
Por su parte, la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (Clepa) ha manifestado su apoyo a la tendencia hacia la electrificación. Sin embargo, consideran que los cambios deben estar gestionados “adecuadamente”. En esa línea, ha pedido que no se prohíba la tecnología, sino los combustibles fósiles si se quieren reducir emisiones.
Igualmente, Clepa ha señalado que el cese paulatino de la tecnología de motores de combustión interna para 2035 podría tener como consecuencia que: cerca de 501.000 empleos de proveedores que fabrican componentes de estos sistemas queden obsoletos. Con respecto a este punto, consideran que cerca de 359.000 puestos de trabajo (el 70%) se perderán entre 2030 y 2035. Así, queda claro que el plazo propuesto es limitado para controlar impactos sociales y económicos.
Transport and Environment (T&E)
Desde Transport and Environment (T&E) ha indicado que los fabricantes de automóviles podrían añadir unos 800.000 euros a su valor de mercado durante la década de 2020 si hicieran una transición rápida a la electrificación.
La asociación ha asegurado que: los beneficios de los fabricantes de coches eléctricos superarán a los de motores tradicionales en un plazo de tres a cinco años. Del mismo modo, para el final de la década, la rentabilidad de los fabricantes de motores habrá disminuido y puede ser negativa en los balances.
ANFAC
La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) ha defendido la implementación de medidas públicas adicionales a las actuales, de continuar la propuesta. Además, ha señalado que no estamos en el mejor momento para decidir objetivos de 2035, sino que sería conveniente esperar a 2028.
En la misma línea, ANFAC ha afirmado que si el Gobierno español decide finalmente apoyar la nueva aceleración de objetivos: “estas nuevas medidas son incluso mucho más importantes y urgentes”. Si no se adoptaran, la automoción española y el empleo: “pueden enfrentarse a un serio problema dada la exigencia de los nuevos objetivos que se pretenden aprobar”.
FUENTE: Europa Press.
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela