El almacenamiento biológico permite desarrollar marcapasos que no se agoten nunca o bombas de insulina de tamaño reducido. Este y el diseño de biosensores es la base del proyecto BioSensCell en el que trabajan dos investigadores de la Instituto Tecnológico de Energía (ITE).
Solemos hablar de proyectos de investigación destinados a mejorar los métodos de obtención de energía para posteriores aplicaciones en industria, fábricas, plantas de procesamiento, incluso en agricultura (plantas agrovoltaicas). Hoy de lo que se trata es de una investigación que busca mejorar la salud.
Dos investigadores del Instituto Tecnológico de Energía (ITE) trabajan en un proyecto al que han bautizado como BioSensCell. Su objetivo es desarrollar sistemas de almacenamiento biológicos que hagan funcionar de modo estable y continuo dispositivos de salud.
Qué es BioSensCell
BioSensCell es una investigación que se basa en la necesidad actual de la sociedad de encontrar fuentes de energía que sean capaces de alimentar los dispositivos electrónicos de nueva generación, que se usan tanto en aplicaciones relacionadas con la salud y el bienestar como en otras más relacionadas con el campo de la biomedicina, monitorización y diagnóstico de enfermedades y que, a su vez, utilicen energías limpias.
Dispositivos de salud de energía inagotable
Uno de los objetivos de BioSensCEll es diseñar dispositivos de salud de energía inagotable
. Por ejemplo, un marcapasos eterno.
Los marcapasos son pequeños dispositivos alimentados por pilas de litio que perciben cuándo el corazón está latiendo irregularmente o en forma muy lenta y envían una señal al corazón para hacerlo latir al ritmo correcto. El problema es la vida útil de la pila es de unos 10 años, tiempo tras el cual el paciente debe ser sometido a una operación quirúrgica para su reemplazo.
Los avances conseguidos por el proyecto BioSensCell permiten desarrollar un marcapasos más pequeño, ligero, sostenible y estable; pero, sobre todo, un marcapasos de funcionamiento continuo.
Pilas que funcionan con glucosa
La base de estos dispositivos inagotables son las biopilas y los biosensores
.
La investigación científica del ITE se ha fijado como reto demostrar que es posible inmovilizar enzimas para que una vez “encerradas” en el dispositivo se genere la energía necesaria dando lugar a energía eléctrica (en el caso de las biopilas) o a una señal que se relaciona directamente con la concentración de una sustancia determinada (biosensor).
Las biopilas son sistemas capaces de obtener energía a partir de un combustible biológico como puede ser la glucosa, que se encuentra en varios fluidos corporales como la sangre, el sudor, la saliva o las lágrimas.
En cuanto a las aplicaciones, las biopilas afrontan la necesidad de nuevas fuentes de energía para la biomedicina. Así, el desarrollo de biopilas de glucosa, por ejemplo, permitirá cargar dispositivos biomédicos implantables tales como marcapasos, implantes cocleares o bombas de insulina o de dispositivos de monitorización para control de la frecuencia cardiaca.
Los biosensores, por su parte, son de gran interés para la detección de sustancias en sectores como el farmacéutico, en el desarrollo de nuevos métodos de análisis y diagnóstico o en el sector alimentario para control de calidad así como también en medioambiente para detección de contaminantes.
El proyecto BioSensCell está financiado a través del Convenio de Colaboración entre el IVACE e ITE para potenciar la actividad y la capacidad de ITE para desarrollar excelencia en materia de I+D independiente, difundir los resultados de las investigaciones realizadas y facilitar e impulsar la transferencia de conocimiento a las empresas de la Comunitat Valenciana.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.