La biomasa para calefacción podría convertirse en una de las grandes beneficiarias por la fuerte subida del precio del petróleo. De hecho, la estabilidad de los precios de la biomasa es uno de sus grandes valores y evita no pocos sobresaltos a los consumidores cuando reciben la factura de la calefacción. En el lado opuesto se sitúa el coste del gasóleo para calefacción y su progresivo incremento que ha alcanzado un 35% en los dos últimos años. En el contexto actual, usar biomasa para calentar hogares, comunidades de vecinos y otros edificios, puede suponer ahorros de hasta un 66% frente a los costes del gasóleo.
Según el presidente de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), Javier Díaz, “no estamos hablando de posibilidades teóricas, sino de un ahorro real e inmediato para las familias e instituciones que ya utilizan la biomasa para calentar sus hogares o edificios de uso colectivo; y estamos hablando de una expectativa cierta para aquellos que prevén sustituir el gasóleo por la biomasa a corto plazo, porque las últimas subidas del precio del petróleo ya no se puede considerar como simples repuntes coyunturales”.
Biomasa para calefacción: precios por tipología
realiza un desglose de los ahorros por tipos de combustibles, así según sus cálculos, el coste de 2,35 kilogramos de astilla de madera suministrada a domicilio, equivalente energético a un litro de gasóleo de calefacción, supone un ahorro del 66%; es decir, 0,486 euros por litro de gasóleo. En el caso de que se utilice hueso de aceituna, el precio de 2,19 kilogramos -equivalente energético a un litro de gasóleo-, el ahorro es de 0,362 euros por litro de gasóleo, el 49%. Y si la biomasa utilizada es el pellet, el coste equivalente (1,96 kilogramos) representa un ahorro del 38% (0,280 euros por litro de gasóleo).
Entretanto el precio del gasóleo para calefacción se ha elevado desde los 0,547 euros por litro de mayo de 2016 a los 0,741 euros registrados el 15 de mayo pasado, según la información facilitada por Avebiom.
En el caso del pellet, la evolución del precio del saco de 15 kilogramos se ha reducido un 3,37%
Los últimos datos del Índice de Precios de Avebiom, referidos al último trimestre de 2017, reflejan la estabilidad del precio del pellet, el hueso de aceituna y la astilla de madera en sus diferentes formatos de venta al consumidor final (en sacos o a granel, servido a domicilio por camiones cisterna). En el caso del pellet, que es el combustible más demandado actualmente, dentro de la biomasa para calefacción, la evolución del precio del saco de 15 kilogramos se ha reducido un 3,37% de media en los tres últimos años.
La biomasa mejora su competitividad frente al petróleo
Mientras que el barril brent se sitúa al borde de los 80 dólares y el incremento del precio del petróleo en año y medio supera el 70%, la biomasa escala posiciones en la generación de calefacción para los hogares. Los vaivenes en el mercado petrolero pasarán una elevada factura a la economía española, que importa unos 450 millones de barriles de brent al año. Y esta factura incluye el gasto de calefacción para uso doméstico.
Europa apuesta por la biomasa, con condiciones
A principios de año, el Parlamento Europeo aprobó el informe sobre la propuesta para una nueva Directiva de renovables. En ella la biomasa ocupó un espacio importante y se marcaron una serie de medidas específicas para evitar incentivos de los Gobiernos al uso no sostenible de la misma para producción de energía. En este sentido, Europa apuesta por el uso de desechos y residuos procedentes de bosques que se cultivan de conformidad con los principios de gestión forestal sostenible.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.
HOLA ,ME INTERESA EL TEMA ,PERO QUE ES REALMENTE BIOMASA?