La oposición lituana ha creado un movimiento contrario a la planta nuclear de Bielorrusia. Su principal objetivo es convencer a los líderes de la UE de que la instalación bielorrusa no cuenta con las medidas de seguridad necesaria.
A poco más de 500 kilómetros de Chernóbil y muy cerca de la frontera con la Unión Europea (UE), Bielorrusia ha construido su primera central nuclear. No todos ven con buenos ojos este proyecto, especialmente sus vecino lituanos que han remitido un escrito a la UE poniendo en duda la seguridad de las instalaciones.
Anatol Lyabedzka, activista de la oposición de Bielorrusia, ha dicho que «hasta hoy, el primer bloque de la planta ha sido construido pero no hay acuerdos entre los rusos y el presidente Lukashenka, ni siquiera sobre dónde almacenar los residuos». «A día de hoy, sabemos de al menos unos pocos casos de muerte en esta planta de energía, de una serie de emergencias cuando la nave del reactor se ha dividido; pero todo esto sucede a puerta cerrada, la gente no sabe lo que realmente se construirá allí», afirma. «Estamos hartos de oír el caso de Chernóbil».
Construida por la empresa estatal rusa Rosatom justo al otro lado de la frontera oriental de la Unión Europea y visible desde la capital de Lituania, la central ya ha sido objeto de varios incidentes de construcción, entre ellos el derribo de la vasija del reactor desde una grúa.
Bielorrusia dice que su planta nuclear es segura
Desde el gobierno bielorruso niegan que la planta nuclear que están construyendo represente una amenaza como aseguran sus vecinos lituanos. Desde Lituania, cuya frontera está a menos de 20 km de la central, consideran un riesgo para la seguridad del continente como lo fue la planta ucraniana que sufrió en 1986 la mayor catástrofe atómica de la historia.
«Tanto en Chernóbil (Ucrania) como en Fukushima (Japón) la mayor responsabilidad del accidente correspondió al hombre. Por eso, para nosotros lo más importante es la preparación del personal que gestionará la planta», ha explicado Mijaíl Mijadiuk, viceministro de Energía bielorruso.
La central nuclear bielorrusa entrará en funcionamiento en julio, fecha que ya ha sido confirmada por el Gobierno, aunque la conexión a la red eléctrica no se producirá hasta la segunda mitad de este año. «No tenemos ninguna prisa y no seguimos ningún plazo predeterminado. Nuestra máxima prioridad es la seguridad», subraya Mijadiuk.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.