Según el Barómetro Energético (Power Barometer) 2021 de Eurelectric, dos tercios de la electricidad de la UE en 2020 no emitieron carbono. Y esa cifra, se estima, llegará en una década al 85%. Para conseguirlo, y que todos los países se beneficien de una energía limpia, es esencial un mercado eléctrico integrado.
El Barómetro Energético de Eurelectric analiza las tendencias del sector en la UE. Según señala, nueve medidas políticas pueden situar la economía europea en el camino directo para alcanzar la neutralidad. Según Hean-Bernard Lévy, consejero delegado de EDF y presidente de Eurelectric:
“Con el paquete ‘Fit for 55’, la electricidad de Europa podría estar libre de carbono entre cinco y diez años antes de lo previsto. Eso ayudaría a que el transporte, la calefacción y las industrias aceleraran su descarbonización. Estamos listos y comprometidos para desempeñar un papel de liderazgo y entregar electricidad libre de carbono necesaria para lograr la ambición del Green Deal”.
Por su parte, Kristian Ruby, secretario general de Eurelectric, ha añadido:
“Para cumplir con la ambición, es fundamental contar con las señales de inversión adecuadas y eliminar todas las barreras que obstaculizan el progreso. Especialmente, y como una prioridad, que los tiempos de entrega de permisos para nuevos proyectos de energía deben acortarse».
Prioridades según el Barómetro Energético de Eurelectric
Sin embargo, en menos de una década, la capacidad eléctrica debe aumentar en un 27% con respecto a 2020. Esto corresponde a un crecimiento del 93% en la capacidad renovable, alcanzable solo si los procesos de permisos de Europa cambian radicalmente.
La inversión también debe aumentar para cerrar la brecha de ambición. Para 2030, las inversiones en distribución deben duplicar la media de la última década hasta los 55.000 millones de euros anuales. Mientras, la generación limpia necesitará 75.000 millones de euros al año.
Las claves para conseguirlo serán: marcos predecibles basados en el mercado; un sistema de comercio de derechos de emisión en funcionamiento; tarifas de red modernizadas; y regulación integral para soluciones de flexibilidad, como el almacenamiento de baterías.
La electrificación de los sectores de uso final debe crecer a una velocidad vertiginosa. A menos que las reducciones de emisiones anuales casi se tripliquen a 160 TM de CO2 equivalente, el objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del 55% se cumplirá en 2045. Es decir, 15 años demasiado tarde.
La clave de estos objetivos de descarbonización es aumentar las tasas de electrificación hasta un mínimo del 33% de la economía para 2030. Actualmente, es del 23% actual.
También deben reducirse los impuestos y gravámenes aplicados a la electricidad. Habiendo aumentado un 29% desde 2010, suponen una carga para los consumidores que buscan adoptar alternativas libres de carbono para: transporte, calefacción y refrigeración y procesos industriales.
Los responsables políticos de la UE deben poner fin a esto para permitir triplicar las bombas de calor eléctricas a 45 millones. Asimismo, llevar la cuota de mercado de vehículos eléctricos al 60%, frente al 10% en 2020, como pretende ‘Fit for 55’.
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela