La movilidad eléctrica postula por ser la solución a la descarbonización del transporte urbano, pero no es la única. El autogás y el biopropano pueden ser también soluciones para convertir una ciudad en una smart city sin grandes inversiones
BeGas defiende que la remotorización de los motores diésel por propulsados por autogás o biopropano, es una alternativa económica para conseguir un transporte urbano sostenible en el desarrollo de las ciudades inteligentes.
«Fijando como objetivo que la calidad de vida en las urbes no disminuya por factores como el tráfico, el ruido o la contaminación, resulta fundamental descarbonizar los vehículos más pesados, especialmente el transporte público o los camiones de recogida de residuos, pues son los responsables de buena parte de las emisiones contaminantes», reflexionan desde la compañía.
Convertir motores diésel en motores ecológicos de autogás o biopropano
Una de las opciones existentes es la remotorización de los motores diésel que tengan entre 3 y 10 años de antigüedad por otros propulsados por autogás o biopropano, este último, 100% renovable. Gracias a un proyecto ‘made in Spain’ como BeGas, es posible conseguirlo y posicionar a las urbes nacionales sostenibles como referentes a nivel europeo.
Es precisamente lo que permite BeGas, una empresa española con sede en Bizkaia y pionera en el desarrollo de motores ecológicos, que promueven el aprovechamiento y reciclado de flotas a un coste menor, contribuyendo así a la transición ecológica, un aspecto clave para las smart cities.
«Por el precio de compra de un autobús nuevo por parte de una entidad local, pueden ser remotorizados hasta cinco vehículos, evitando la generación de más de 80.000 kg de residuos», explican en BeGas.
Es importante apuntar que los motores de BeGas obtienen la etiqueta Eco de la DGT tras la remotorización.
Remotorización para descabornizar el transporte
Este tipo de motores ganan eficiencia, pero, también, se adecúan a la última normativa europea de emisiones y logran reducir los estándares de emisión hasta en un 90% en gases contaminantes como los NOx o las partículas en suspensión. También disminuyen un 50% los niveles de ruidos del vehículo respecto de los motores diésel. Así, el resultado son unas cifras muy favorables para mejorar la calidad del aire de las smart cities e impulsar la movilidad sostenible.
Además del ahorro y el impacto ambiental, las entidades locales que recurran a este servicio no tendrán que hacer grandes cambios en sus instalaciones para el abastecimiento del combustible, ya que, la misma compañía facilita la gestión del punto de suministro de ambos combustibles. Un añadido que garantiza un servicio eficaz desde el proceso de fabricación, hasta la puesta en marcha del vehículo.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.