La Asociación para la Transición Energética (ATE) ha elaborado un documento de aportaciones para el PNIEC 2023-2030. La elaboración ha tenido en cuenta: la preocupación de los ciudadanos por el coste de la energía; la situación de dependencia energética; los necesarios avances en tecnologías, infraestructuras e inversiones. Piden: energía suficiente en cada momento, a un precio competitivo para las empresas y asumible para los ciudadanos.
La ATE defiende que la energía:
“Es una palanca de crecimiento y un brazo articulador de actividad económica en los territorios y en los sectores y, por tanto, considera necesario buscar soluciones eficientes que tengan en cuenta todos los costes, incluidas las externalidades, con el objetivo de incorporar un mayor valor añadido a la cadena de producción que redunde en mayores beneficios tanto para las empresas como para los consumidores”.
Asimismo, la organización entiende que las claves de futuro para las próximas décadas estarán pronto presentes en nuestra sociedad. En esa línea, considera que será necesario desarrollarlas “adecuadamente”.
Además, señala la organización, habría sido interesante contar con una mayor participación de todos los agentes. Debería haber sido un paso previo a la consulta pública y al envío a la Comisión Europea. Habría ayudado a:
“Recabar las opiniones de los agentes implicados y generar una discusión fructífera para aportar todas las soluciones eficientes y eficaces para luchar contra el cambio climático”.
Claves de futuro, según la ATE
Los ámbitos de las claves de futuro, señala la organización, están relacionadas con:
Descarbonización. La ATE sugiere que el PNIEC debe ofrecer más protagonismo a la demanda. Hasta el momento, indican, se ha focalizado más en la generación con renovables que en cuál va a ser su uso. Por ello, reclama avanzar mucho más en descarbonizar consumos que actualmente se realizan con combustibles fósiles.
Eficiencia energética. Considera imprescindible buscar soluciones de mercado que permitan reconvertir la actividad de las zonas en proyectos realistas, inteligentes e inclusivos. Entre ellos, la inversión en tecnologías renovables en las mismas zonas afectadas por la transición energética.
Mercado interior de la energía. La ATE defiende la protección de los consumidores, preservando, eso sí, la competitividad de los agentes y la sostenibilidad ambiental. Destaca como cuestión fundamental el tratamiento de las redes eléctricas de distribución:
“Como facilitadores de la transición, al servir para conectar tanto la generación, como los distintos elementos derivados de la transformación (vehículos eléctricos, autoconsumo, etc.), y que a su vez permiten uno de los fines de la transición, que es poner al consumidor en el centro”.
Otros aspectos
. La ATE también considera un problema la penetración masiva de renovables no gestionables en el mix de generación eléctrica. Está causando, indican, importantes diferencias de precios en función del tramo horario. Y eso tiene consecuencias importantes en la incentivación de las inversiones.
En este contexto, señala la cuestión del almacenamiento como más importante que nunca. Señalan que es una herramienta eficaz para reducir las diferencias de precios entre las distintas horas del día.
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Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela