En 2022, el 74% del aceite industrial usado recogido en la Comunidad de Madrid fue destinado a regeneración, un tratamiento que hace posible convertir este residuo en nuevos lubricantes.
De este modo, se produjeron más de 5.000 toneladas de nuevos lubricantes, evitanto el consumo de 2,6 millones de barriles de petróleo y la emisión a la atmósfera de 6.000 toneladas de CO2. Por otro lado, el 26% restante del aceite usado se utilizó para valorización energética, produciendo un combustibles similar al fuel óleo.
Aplicaciones del aceite industrial
El aceite industrial es un producto ampliamente utilizado en diversos ámbitos de nuestra sociedad debido a su versatilidad. Además de su aplicación en los motores de vehículos, se emplea en una gran variedad de procesos industriales y en otras actividades donde se utilizan engranajes y maquinaria de cualquier tipo: desde el pequeño generador de energía de un hotel hasta un aerogenerador en la cima de una colina. Debido a esta diversidad de usos, se generan aceites usados en todos los rincones del territorio.
Durante el año pasado, alrededor de 7.000 establecimientos madrileños generaron 14.156 toneladas brutas de aceites industriales usados, (una cantidad que incluye un 16% de impropios, como agua o sedimentos). Más de la mitad de estos establecimientos (4.374) fueron talleres mecánicos (establecimientos multimarca, multiservicios, concesionarios, mecánica rápida, etc.), constituyendo la actividad de mayor generación de este residuo peligroso: el 55% del volumen total recuperado en esta comunidad por SIGAUS, el sistema encargado de gestionar este residuo peligroso en toda España.
El resto del residuo se recogió en sectores muy heterogéneos, como la industria, la agricultura, el comercio, la hostelería, el transporte o la construcción, y puntos de generación muy diversos, como hospitales, instalaciones militares, campos de golf, centros educativos o puntos limpios, entre otros, que sumaron un total de 2.525 establecimientos (el 37% del total).
La conversión de los residuos
La conversión de residuos en nuevos recursos aporta ventajas como la reducción del consumo de materias primas, imprescindibles para la fabricación de todo tipo de productos. En el caso del aceite industrial usado, puede ser valorizado en su totalidad, ya que en su composición mantiene los recursos materiales y energéticos de origen, siendo de gran valor para ser transformado en nuevos productos, o como fuente de energía.
En la Comunidad de Madrid, el 74% del aceite usado gestionado durante el pasado año fue tratado mediante regeneración, el tratamiento ambientalmente prioritario. El volumen de residuo destinado a este proceso, 8.753 toneladas, permitió la producción de 5.480 toneladas de nuevos lubricantes. Gracias a esta gestión, se evitó el consumo de los 2,6 millones de barriles de petróleo que habrían sido necesarios para fabricarlos mediante el refino del petróleo. Además, la regeneración de aceite usado gasta menos energía y emite menos gases de efecto invernadero que la producción de lubricantes de primer refino. En este sentido, la regeneración del aceite usado evitó la emisión a la atmósfera de 5.839 toneladas de CO2.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.