La etiqueta energética para electrodomésticos aprobada ayer en la sesión plenaria del Parlamento Europeo irá progresivamente sustituyendo a la actual, a partir de finales del 2019. La diferencia es que mientras el sistema actual califica los productos desde A +++ a G la etiqueta revisada los valorará en una escala de la A a la G.
El eurodiputado Darío Tamburrano, del grupo de la Libertad y la Democracia Directa, fue el encargado de defender ante el pleno del Parlamento Europeo el Informe sobre la propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo por el que se establece un marco para el etiquetado de la eficiencia energética y se deroga la Directiva 2010/30/UE consesuado por ambos órganos el pasado mes de marzo.
Tamburrano destacó durante su exposición tanto el ahorro de dinero como de consumo de energía que supone la revisión de la etiqueta de eficiencia energética de los electrodomésticos. Hasta el punto, señaló, de permitir a los autoconsumidores producir más.
El texto consensuado en marzo fue aprobado por 535 votos a favor, 46 en contra y 79 abstenciones. Tal y como os contamos en su momento, el cambio hará que las etiquetas energéticas sean más comprensibles para los consumidores y les ayudará a tomar decisiones de compra mejor informadas. La medida se acompañará de la introducción de una base de datos pública que facilite a los ciudadanos la comparación de la eficiencia energética de los electrodomésticos, según la Comisión.
Las encuestas a consumidores muestran que alrededor del 85% de los ciudadanos europeos examinan las etiquetas de eficiencia energética cuando compran productos sin embargo, la propia Comisión ha afirmado que tener los mejores resultados en las categorías que iban de A + a A +++ “era engañoso y ocultaba posibles diferencias sustanciales en el rendimiento energético“.
La etiqueta energética para electrodomésticos
Los puntos principales del texto consensuado en marzo en torno a la etiqueta energética revisada son:
-Retorno a la etiqueta, más clara, que va de la clase A a la G, eliminando las engorrosas clases que iban de la A + a la A +++.
–Base de datos de registro de productos para apoyar las actividades de vigilancia del mercado por parte de los Estados miembro.
–Base de datos pública que contenga todas las etiquetas de eficiencia energética, para que los consumidores tengan una mejor herramienta para comparar la eficiencia energética de los electrodomésticos.
–Disposiciones legislativas futuras graduales sobre actualizaciones de software y dispositivos inteligentes, y prohibición explícita del uso de dispositivos “defeat”.
El etiquetado energético actual
El primer etiquetado energético data de 1994 y está en vigor desde 1995. Consiste en una escala desde la G, el extremo menos eficiente, hasta la A. Posteriormente se amplió la escala hasta A+++ para reflejar las mejoras aplicadas a los productos, recuerda el Parlamento Europeo.
Sin embargo, la introducción de la categoría A+ y superiores (+++) redujo según este órgano la eficacia del etiquetado concebido para animar a los consumidores a comprar los productos más eficientes, porque en la actualidad la tendencia es que la mayor parte de ellos están clasificados en la clase A o en otras aún más eficientes.
De ahí, que se haya llevado a cano la revisión votada ayer.
(Foto de portada de Jumanji Solar)
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.