Angela Merkel anunció el pasado viernes un nuevo plan para la lucha contra el cambio climático en Alemania al que destinará hasta 54.000 millones de euros para inversiones en transporte, energía, desarrollo y construcción e innovación. La medida principal del plan será imponer una tasa a las emisiones de CO2.
Alemania pondrá en marcha un nuevo y ambicioso plan de lucha contra el cambio climático. Su objetivo principal será alcanzar una reducción del 55% de las emisiones de CO2 en 2030 respecto a los niveles de 1990. Alemania quiere con ello poder cumplir un objetivo real después de no haber alcanzado la reducción del 40% acordado para 2020 con la UE.
El paquete de 70 medidas fue presentado el pasado viernes por la canciller alemana Angela Merkel, quien reconoció que, actualmente, Alemania no es un país sostenible. Del mismo modo, Merkel aseguró que «hay evidencias científicas del mundo científico», refiriéndose al cambio climático y advirtió: «Quien pretenda ignorarlas no actúa con justicia hacia el futuro».
Las energías renovables vivirán un impulso importante con ayudas a la fotovoltaica, así como incentivos para aquellos municipios que instalen plantas eólicas en sus territorios.
El plan de lucha contra el cambio climático en Alemania
Merkel continuó en sus declaraciones dejando caer que las medidas presentadas iban a ser «insuficientes» para todos aquellos manifestantes que «en Berlín, como en otras partes del mundo», han salido a la calle para exigir una mayor implicación de los estados en materia de acción climática.
El establecimiento de una tasa a las emisiones de CO2 será la medida principal del plan. Esta tasa crecerá de manera progresiva hasta la implementación de un mercado de derechos participado por las empresas que produzcan o distribuyan combustibles para calefacción y transporte.
Así, en 2021 se comenzará a pagar 10 euros por tonelada de CO2, un precio que subirá de manera progresiva hasta que en 2035, la tonelada tenga un precio de 35 euros una vez haya entrado en funcionamiento en anteriormente mencionado mercado de derechos de emisiones. Esta medida hará que los precios de la gasolina, el diésel, el gas natural y el gasóleo para calefacciones se vean afectados, aunque en este último caso, el plan contempla la desaparición del gasóleo en las calefacciones a partir de 2026.
Sin embargo, el gobierno alemán cuidará del poder adquisitivo de los consumidores controlando la banda de fluctuación del precio de la tonelada de CO2. Otros precios que se verán afectados son los de los billetes de tren, que serán más baratos por la reducción del IVA del 19% al 7% y los de los billetes de avión, que serán más caros.
Del mismo modo, el plan contempla la subida de tasas para los vehículos más contaminantes, incentivando la compra de vehículos eléctricos e invirtiendo en infraestructura de carga en todo el país. También se fomentará la reforma de viviendas para reducir de manera drástica el consumo de energía.
Olaf Scholz, ministro de Finanzas alemán, valoró el volumen global del paquete destinado a alcanzar los objetivos de reducción de emisiones para 2030 en 54.000 millones de euros. El ministro aseguró: “Utilizamos el cambio climático como una oportunidad para modernizar nuestra economía y crear puestos de trabajo nuevos y prometedores”.
Por último, las energías renovables vivirán un impulso importante con ayudas a la fotovoltaica, así como incentivos para aquellos municipios que instalen plantas eólicas en sus territorios.
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.