Acaban de cerrar los últimos tres reactores nucleares alemanes. En 2011, el gobierno de Angela Merkel, tras el desastre de Fukushima y con la aprobación del Parlamento, puso fecha límite. Ahora, cuando la invasión de Ucrania ha dado un giro a la evolución energética alemana, las opiniones están divididas. Recordemos que la energía nuclear suponía el 6% de toda la consumida en Alemania.
Olaf Scholz
retrasó tres meses la desconexión de los últimos tres reactores: Isar 2, Neckarwesthiem 2 y Emsland. Inicialmente, su parada estaba prevista para el 31 de diciembre de 2022. Pero la crisis energética impidió su cierre de cara al invierno. Sin embargo, ahora parece haber llegado el momento.
Cuando el gobierno de Angela Merkel estableció la fecha de cierre, era impensable el problema alemán con el gas ruso. Aunque ha llegado el día, la opinión pública está dividida. La mayor parte de la población considera que no es el momento de la parada de los reactores. Al fin, van a tener que tirar temporalmente de los combustibles fósiles y eso va a impulsar las emisiones.
Las organizaciones de la industria alemana han alertado de las posibles consecuencias, agravadas por los altos precios de la energía. Mientras, la oposición democristiana, casí omo los socios de Gobierno liberales, han propuesto diversas fórmulas para diferir el apagado nuclear.
Además, una serie de científicos, incluidos dos premios nobel, han pedido su operatividad para intentar alcanzar los objetivos climáticos. Recordaban que en 2022 ya se incrementaron las emisiones por el retorno al uso del carbón.
Por su parte, una encuesta pública en ARD demostró que el 60% de los alemanes no considera oportuno el cierre de los reactores ahora.
Baviera pide ampliar la operatividad
El periódico Bild am Sonntag comentó que el primer ministro bávaro, Markus Soeder, quería pedirle al gobierno federal que cambie su ley de apagado nuclear. Querían que el Gobierno permitiera seguir operando las plantas bajo su propia jurisdicción. Explicaba entonces Soeder:
«Hasta que termine la crisis y la transición a las energías renovables tenga éxito, debemos usar todas las formas de energía para el final de la década».
El reactor de Isar II está en el estado de Baviera y lo administra la empresa de servicios públicos alemana E.ON (EONGn.DE). Es una planta de 1.400 megavatios (MW), capaz de alimentar el equivalente a una gran ciudad.
Sin embargo, según Reuters, la ministra de Medio Ambiente, Steffi Lemke, dijo que la autorización para Isar II había expirado. Añadió que para reiniciar el reactor era necesaria una nueva licencia. Y dijo a Reuters:
«Es importante aceptar el estado del arte en ciencia y tecnología y respetar la decisión del Bundestag alemán».
Energía de Alemania
En la actualidad, Alemania obtiene casi la mitad de su electricidad de energías renovables. Concretamente, en 2022, el 44% fue renovable, según la Oficina Federal de Estadística, y sólo el 6% de la energía atómica.
El ministro de Economía, Robert Habeck, ha asegurado que el 80% de la electricidad de Alemania será renovable para 2030. En esa línea, ha impulsado leyes para que sea más rápido y fácil construir parques solares y eólicos.
Pero durante 2022, la proporción de energías renovables se ha estancado, mientras que las emisiones de CO2 han aumentado. Alemania se vio obligada a importar gas natural licuado (GNL) y usar más carbón en lugar de gas ruso. Esto ha provocado que incluso algunos votantes verdes y activistas antinucleares apoyen la extensión temporal de la vida útil de las últimas tres centrales nucleares.
Los votantes están divididos. Según la encuesta ARD-DeutschlandTrend de esta semana, el 59% de los alemanes está en contra de cerrar la energía atómica. Y sólo el 34% está a favor del cierre.
Pero un estudio más detallado se revela una imagen matizada. En una encuesta de YouGov realizada a principios de esta semana, el 65% apoyó mantener las tres centrales nucleares restantes en funcionamiento por ahora. Pero solo el 33% quería que Alemania mantuviera la energía nuclear indefinidamente. Es decir, centrales nucleares no, pero con una dilación en el tiempo.
Muchos alemanes consideran que las posturas a favor y en contra responden a cuestiones ideológicas. De hecho, durante el pasado domingo, Berlín vivió manifestaciones en pro y en contra.
FUENTES: Reuters. Bild am Sonntag. BBC
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Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela