Alemania cambia el enfoque de su plan de descarbonización. El cierre definitivo de las plantas de carbón del país está programado para 2026, para que sea posible, anuncia un ambicioso plan de incentivos. La idea es que sean parones voluntarios y no obligados.
Según anuncia la agencia de noticias Reuters, Alemania ha aprobado un plan de ayudas para impulsar la descarbonización del país. Los incentivos pretenden ser un impulso que agilice el cierre de las plantas de carbón, actualmente fijado para 2026.
Los últimos datos de la Agencia Federal de Medio Ambienta, apuntan que en Alemania están operativas un total de 40 minas de carbón. El plan de descarbonización contempla que, en 2022, al menos 12 de ellas hayan cesado su producción.
Alemania busca que el cierre de las plantas de carbón sea más voluntario que obligatorio a base de subsidios y licitaciones
El gobierno alemán también quiere llegar a un acuerdo con las empresas de servicios públicos para cerrar las plantas de lignito
y acordar un marco de compensación. A partir de 2020, el gobierno decidirá cada año cuántos gigavatios de energía producida con lignito se eliminarán de la red y solicitará a las empresas de servicios públicos que presenten estimaciones de compensación.
El plan para descarbonizar Alemania
Hace unas semanas, Alemania anunció las líneas principales de su plan de descabornización firmado tras horas de negociación entre la canciller alemana y los socialdemócratas. Angela Merkel se compromete así a cumplir con los compromisos de reducción de emisiones de CO2: un recorte del 55% respecto a las emisiones de 1990.
El Gobierno calcula que cerrar las plantas de carbón tendrá un coste de 1.000 millones de euros
«Ahora no somos sostenibles», reconocía la canciller.
El plan para descarbornizar Alemania contempla un total de 70 medidas que contarán con un incentivos fiscales y un presupuesto de ayudas a empresas que suman 54.000 millones de euros.
Entre las medidas contempladas están la puesta en marcha de un mecanismo de compraventa de derechos de emisiones para vehículos y edificios, así como la prohibición de nuevos altos hornos alimentados con petróleo o derivados.
Se habla también de que los precios de la gasolina y el diésel aumentarán paulatinamente con un recargo que alcanzará los 10 céntimos por litro en 2026.
Alemania logró cumplir los objetivos climáticos en 2010, pero ha admitido que no le será posible hacerlo con los de 2020, por lo que ahora la meta está fijada en conseguirlo hasta 2030.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.