La siderurgia española ha firmado una declaración sectorial: se compromete a producir acero con cero emisiones netas en 2050. Para alcanzar su reto pide el apoyo de las administraciones en forma de freno a la competencia internacional y producción de electricidad a precios asequibles.
El presidente de la Asociación de las Empresas Productoras de Acero y de Productos de Primera Transformación del Acero de España (UNESID), Bernardo Velázquez, ha sido el encargado de presentar el proyecto “Acero español climáticamente neutro, AECN 2050”, por el que la industria siderúrgica española se compromete a la neutralidad climática antes de 2050.
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“El acero es un material necesario para y en el futuro y todas las estimaciones coinciden en que el acero seguirá siendo un material fundamental durante todo el siglo XXI, por lo que el desplazamiento de la producción europea no supondría ninguna ventaja ambiental en el cómputo mundial», ha señalado Velázquez.
Europa tiene el compromiso de cambiar radicalmente la estructura energética de nuestra sociedad, un reto ambicioso que implica a todos los sectores sociales y requiere una planificación adecuada para que esos cambios no sean perjudiciales para la sociedad.
Por qué producir acero neutro en emisiones es posible a corto plazo
“La industria siderúrgica española lleva muchos años avanzando con éxito por el camino medioambiental con progresos espectaculares”, recuerda el presidente de UNESID.
Las emisiones de CO2 por tonelada de acero han descendido un 75%, el consumo de agua consumida y vertida en los procesos ha disminuido más del 95% y se reciclan y valorizan prácticamente el 100% de los residuos y subproductos. La industria del acero continúa con esta evolución y puede comprometerse a producir su acero con cero emisiones netas de CO2 antes de 2050.
¿Sabías que más de 10 millones de toneladas de acero fueron recicladas en 2014 por la industria siderúrgica?
La industria siderúrgica española, en su conjunto, del 4% de las emisiones totales de CO2 en España, lo que pone en contexto la participación real de nuestra industria en el monto nacional.
Para el cumplimiento del ambicioso objetivo de neutralidad climática, las empresas siderúrgicas de nuestro país se encuentran en una posición aventajada, puesto que ya en 2018 el 66% de la producción de acero español se realizó en hornos eléctricos. Asimismo, la siderurgia es la campeona española del reciclaje con 10,2 millones de toneladas de acero recicladas, lo que supone más del 71% de la producción total nacional de acero.
Un objetivo tecnológicamente posible
Partiendo de esta buena base y para llegar a la neutralidad de carbono, la siderurgia española precisa contar con el 100% de generación eléctrica neutra en carbono y competitiva para su producción tanto en hornos eléctricos como en plantas integrales y en el posterior procesado. La industria trabaja en diversas alternativas tecnológicas que incluyen el uso de hidrógeno verde, biomasa y electricidad renovable. A la viabilidad técnica hay que añadir la viabilidad económica.
UNESID considera que el objetivo es tecnológicamente posible y que la industria siderúrgica española se situará en una posición puntera en el mundo.
El camino a seguir está definido desde el punto de vista tecnológico pero alcanzar el objetivo requiere también que la senda sea sostenible económicamente porque si las condiciones en nuestro país no son las adecuadas para la competitividad, la producción se trasladará fuera de la Unión Europea algo que, además de suponer un enorme perjuicio para nuestro clima, conllevaría el colapso del sector y la destrucción de empleos y de tejido tecnológico de nuestro país.
Obstáculos a superar para llegar a las emisiones neutras
Para alcanzar el objetivo, UNESID avisa de que el sector se enfrenta a una serie de obstáculos a tener en cuenta porque pueden frenar la deseable evolución.
- El primero es el coste de CO2 que sus competidores no tienen que asumir
- el segundo es una energía eléctrica cara, con un diseño marginal del mercado eléctrico que hace que incluso la retribución a las renovables incluya el sobrecoste del CO2 de las tecnologías que sí emiten y marcan el precio. La electrificación verde de la sociedad pasa por una energía renovable a precio competitivo. «Además, la sobrecapacidad mundial que fomentan las ayudas ilegales de algunos países terceros disminuye los márgenes de negocio y dificulta las necesarias inversiones», argumentan
«Por tanto, resulta imprescindible el acompañamiento de las Administraciones a las industrias a lo largo de todo este proceso hacia la neutralidad climática», reclaman las empresas de siderurgia.
UNESID señala como necesidades para la culminación del proceso:
- una regulación que permita un precio eléctrico competitivo
- una garantía de condiciones de competencia equilibradas con terceros países
- suficiente producción de energía neutra en carbono
- financiación de proyectos de investigación
- mecanismos de financiación no discriminatorios
- reconocimiento del esfuerzo ambiental en las compras públicas frente a opciones poco ambientales con aceros más contaminantes
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.