A los diez días de entrar en vigor, el plan de ayuda alemán para la compra de vehículos eléctricos ya contaba con más de 700 solicitudes. Aunque se ha retrasado, pues estaba previsto arrancar en mayo y no lo hizo hasta el 2 de julio, los consumidores no se verán afectados ya que tiene carácter retroactivo desde el pasado 18 de mayo.
La Oficina Federal para el Control Económico y la Exportación (Bafa) ha informado que desde la fecha de apertura se han presentado 718 peticiones, lo que está dentro de las previsiones iniciales. La cifra corresponde en su mayoría a marcas alemanas, 225 de vehículos de BMW, 195 de Renault y 73 de Volkswagen-Audi.
Alemania ha reiterado en muchas ocasiones su intención de alcanzar un millón de vehículos eléctricos circulando por sus carreteras en 2020, un objetivo muy alejado hoy en día y que necesitaba una ayuda por parte de la administración y de la industria.
El plan de ayudas, con un horizonte de cuatro años y dotado con un gran presupuesto que no olvida la infraestructura de recarga y la investigación, es un pilar fundamental para el desarrollo de la esta industria. Que un país como Alemania, en el que es clave la industria automovilística, apueste por establecer este plan demuestra que la movilidad eléctrica ha llegado para quedarse.
Las claves del plan alemán
Así, el plan nacional de desarrollo de la movilidad eléctrica alemán cuenta, hasta 2020, con un presupuesto de 1.200 millones de euros para la compra de vehículos eléctricos, de los que la mitad la aporta el gobierno y la otra mitad los fabricantes. Además incluye 300 millones para ayudas a la infraestructura recarga y a la investigación.
Las cuantías son de 4.000 euros para la compra de un eléctrico de baterías y de 3.000 euros para la compra de un híbrido enchufable y podrán acceder a él los compradores de vehículos cuyo precio no supere los 60.000 euros.
Diferencias con los planes en España
En nuestro país, el último plan de ayuda a la adquisición de vehículos eléctricos, MOVEA, contaba con 13,3 millones de euros, compartimentados en categorías, incluyendo ayuda a la compra y punto de recarga.
El plan alemán prevé 1.200 millones en ayudas, a lo que hay que sumar 300 millones para la recarga, 100 millones para ayudas fiscales y una cantidad no definida para ayudas a la investigación. Si bien la periodicidad es distinta en los dos casos.
Mientras que en Alemania estas ayudas están previstas de forma continua hasta 2020, en España se suceden planes con periodicidad anual y plazo de aplicación de apenas unos meses, lo que no facilita la estabilidad del mercado que sufre parones entre convocatoria y convocatoria.
Si bien es cierto que las ayudas en España son superiores en cuantía, 5.500, 3.700 y 2.700, más 1.000 euros para el punto de recarga, estas ayudas han de ser incluidas en la declaración de Hacienda con lo que, en función de cada comprador, en realidad se ven disminuidas.
Mientras se llamaron MOVELE los planes españoles se aprobaban bien entrado el año presupuestario (tres, cuatro y hasta cinco meses). El último, el MOVEA, que sí entró en vigor en enero, no pudo hacerse realidad hasta tres meses después por las trabas administrativas en la selección de la empresa colaboradora y la aplicación informática en la que se realizaban las reservas.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.