Desde finales de mayo hasta primeros de julio, el Gobierno argentino ha tenido que emitir varios comunicados al respecto del suministro de gas natural en el país con medidas restrictivas del consumo basadas en circunstancias variadas. Todo ello sucede en medio del descontento de la población por el aumento de las tarifas eléctricas que adoptó en enero. El Ejecutivo intenta paliar la situación con convocatorias para contratación de nueva generación térmica y renovable así como con la construcción de nuevas centrales nucleares.
Tras anunciar a principios de la semana pasada restricciones en el suministro de gas natural comprimido, el Gobierno argentino las levantó finalmente el pasado viernes 1 de julio después de que Bolivia «haya solucionado los inconvenientes en los yacimientos que motivaron la reducción de inyección de gas a la Argentina» y tras la evaluación y proyección de la situación del sistema, dijo
Estas fueron las razones que adujo al tiempo que anunció que se normalizaba el suministro de GNC a estaciones de servicio de todo el país y que se incrementaría el abastecimiento de gas a las industrias.
El pasado 8 de junio el Ministerio de Energía y Minas argentino difundió en un comunicado su decisión de solicitar a las industrias el inicio de reducción de consumo hasta llegar al corte total de sus consumos. «Esta medida -decía la nota- se toma para preservar el abastecimiento a los hogares, hospitales y escuelas de la República Argentina».
En la misma se instaba también a los usuarios, «hoy más que nunca, a hacer un uso responsable del gas natural, considerando estos motivos de fuerza mayor«.
Estos motivos que arguyó fueron varios pero el que más han destacado medios nacionales es el hecho de que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) suministraría a Argentina cinco millones de m3 menos de gas por día de lo que está contractualmente acordado por haberse incrementado la demanda de Brasil, que tiene prioridad sobre el contrato con Argentina.
La ola de frío
El Gobierno argentino explicó que la situación también era consecuencia de la ola de frío que ha sufrido el país, con temperaturas mínimas cercanas a cero grados, y que resulta en una mayor demanda de gas, así como al retraso en la llegada a puerto de los barcos de GNL por malas condiciones climáticas.
También a finales de mayo, el día 31, el Gobierno solicitó a las industrias que iniciaran el corte progresivo de sus consumos con el objetivo de llegar a cero en el menor tiempo posible. Esta vez explicó que se trataba de «inconvenientes en el suministro de gas natural debido a la medida de fuerza del Sindicato de Petroleros Privados de Tierra del Fuego -que repercutió en una reducción de ingreso al sistema argentino de gas de 16 millones de m3-, a lo que se suma otro paro en la planta de la empresa Refinor y los atrasos por cuestiones climáticas en el arribo de barcos de GNL importado«.
Todo esto ocurre después de que en enero el Gobierno subiera las tarifas de la electricidad por los que los medios nacionales reflejan una claro desconcierto de los argentinos por tener que pagar más por un servicio que no acaba de dar un suministro estable a los usuarios.
Diversificar fuentes
Mientras tanto, el presidente del Gobierno, Mauricio Macri, trata de solventar la situación con la convocatoria de licitación para instalar nueva generación térmica por 1.000 MW; su intención de ampliar el parque de generación con dos nuevas centrales nucleares, que serían la cuarta y la quinta del país, y el proceso para la contratación de energía eléctrica de fuentes renovables, también de 1.000 MW.
Como ya adelantó EnergyNews se trata de la primera licitación tras la recién estrenada Ley del sector renovable denominada “Régimen de Fomento Nacional para el uso de Fuentes Renovables de Energía destinada a la Producción de Energía Eléctrica”.
Duplicar la potencia instalada de renovables
Estas licitaciones son la primera ronda del Programa RenovAr, un plan que busca transformar la matriz energética argentina de cara a la protección del medio ambiente. De acuerdo a la nota del gobierno “esta primera etapa implica más que duplicar la potencia instalada de energías renovables” en este país. Este programa también busca reducir dos millones de toneladas de dióxido de carbono por año y lograr un ahorro de 300 millones de dólares por los combustibles no importados.
Actualmente, las energías renovables proveen el 1,8 por ciento de la demanda en Argentina pero el nuevo marco regulatorio prevé elevar progresivamente la oferta hasta alcanzar un 4,5 por ciento en 2019 y un 20 por ciento, equivalente a 10 mil megavatios, en 2025, recuerda el ejecutivo argentino.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.